No se sabe a ciencia cierta quién optó por llamar estúpidamente “ordenador” (y quiénes se encargaron de vociferar y extender el término) a ese aparato tan desconocido antaño como imprescindible hoy, y que tampoco sería fácil de bautizar ahora que creemos conocerlo tan bien. Más allá de la traducción a pedal (computadora) o la asimilación (computer, aún peor, independientemente de cómo se pronuncie). El caso es que estas máquinas han sustituido parcial o totalmente a la radio, la televisión (otro nombre tremendo para la criatura), los libros, el cine, la mini-cadena (y otro nombrecito más), la calculadora, el papel y el bolígrafo, el álbum de fotos, el vídeo y la estantería donde se guardaban cintas / vinilos / CD’s, las revistas, los periódicos, los teléfonos, las agendas, los mapas, las enciclopedias y diccionarios, la mesa, y todos los artilugios del delineante, arquitecto, diseñador de lo que sea… hasta los desgraciados de la RENFE dependen de los ordenadores para funcionar.
Sin embargo, es curioso cómo a medida que crece el número de utilidades (y por tanto el grado de dependencia que nos creamos respecto a ellos) se va devaluando la apreciación mental que tenemos respecto a los ordenadores: todos recordaremos el primer ordenador que tuvimos o incluso que compró un amigo al que probablemente acompañamos maravillados e intrigados a ver ese prodigio de la tecnología; cuándo, cómo y dónde se compró, la expectación, el tiempo de sopesar las alternativas existentes; la inversión considerable que se iba a realizar así lo merecía. Ahora vas a un bazar de electrónica, a cualquier tienducha mal iluminada y de dudoso aspecto y tienen todo tipo de ordenadores; incluso hay tiendas de liquidación de informática donde te venden un ordenador baratísimo con una tecnología más que aceptable, que has elegido en una especie de menú del día editado con poco cuidado e impreso con aún menos y que aparentemente deben actualizar cada diez o quince minutos. Además, te lo llevas puesto. Un trámite más.
Entre los primeros grandes avances de los ordenadores ocupan puestos privilegiados la invención del ratón y la maravilla esa del windows (a cuyas primeras versiones ahora nos costaría todavía un rato adaptarnos, sin botón de “inicio”, etc.), en el que se veían todas las carpetas a la vez, sin necesidad de hacer un “dir”...
El tema es que, pese a la normalización de la informática en todos los campos de la vida occidental moderna, aún hay quien utiliza el ordenador cada día pero que, en el momento en que comenzó a dominar el manejo del ratón, perdió la motivación de intentar aprender algo más. Y es que son necesarios cuatro segundos de observación (incluso sin necesidad de mirar la pantalla) para darse cuenta de si una persona manejando un ordenador es un usuario, un profesional o claramente un infra-usuario…algunas de las pruebas más inequívocas son el número de dedos con los que se teclea (todo lo que supere los dos dedos índices ya empieza a ser un buen síntoma) y la cantidad de veces que mira alternativamente a teclado, ratón y pantalla (y a otra persona que ande cerca) antes de hacer cualquier operación. También es cantoso el personal que utiliza masivamente las opciones del botón derecho del ratón o, peor aún, los menús desplegables.
La extensión de la informática a todos los ámbitos, y especialmente internet, han puesto la información (tanto el acceso a ella como su generación) al alcance de toda persona con ganas de ayudar o de molestar al prójimo. Véanse esos desaprensivos que dedican gran parte de sus miserables vidas a registrar y editar páginas web para que entre todo aquel que, por error, teclee mal una página famosa. Entren en http://www.ryanai.com/ o en http://www.espaner.com/ para más información. Son también interesantes esos coloridos enlaces que te ofrecen un scanner de rayos X para el móvil con el cual puedes ver a través de la ropa (!) o esos cuestionarios en los que puedes saber cuánto te queda de vida o quién fuiste en tu vida pasada. Grandes negocios.
La siguiente fase es cuando una empresa no se dedica ya a engañar por despiste, sino que insulta directamente al usuario poco prevenido diciéndole, por ejemplo, que la capacidad de la cuenta de correo que ofrecen no para de crecer. Nada menos de 0,000004 mb cada segundo. Y no es que aparezca como un curioso detalle a medio ocultar, sino que de hecho es aparentemente su gran estrategia comercial, una oferta sin parangón que amenaza por acabar para siempre con la competencia. ¿A quién quieren engañar? ¿No es directamente un insulto que te digan que cada tres días puedes almacenar 1 Mb adicional?. En otras palabras, cada semana te regalan un diskette (esta palabra no llegó a traducirse, una pena que no hablemos de disquets, de disquetes o incluso de disquillos, lástima que no llegara a tiempo el que parió lo de “ordenador”) y medio de almacenamiento, en el cual puedes meter un documento de texto con alguna foto en baja resolución. Para más información, mail.google.com.
En fin, les dejo, parece que llueve ahí fuera, voy a mirar en internet a ver si es cierto...
La cita:
“Una vez satisfecha el hambre, y ésta se satisface pronto, surge la vanidad, la necesidad – que lo es- de imponer y sobrevivir en otros. El hombre suele entregar la vida por la bolsa, pero entrega la bolsa por vanidad”
Miguel de Unamuno
La anécdota de ascensor:
El diseño actual de la ubicación de las teclas en un teclado de ordenador (llamado QWERTY, por la organización de las letras de la primera fila) fue patentado en 1867 Christopher Sholes. El objetivo era evitar atascos de las varillas de las máquinas de escribir, de manera que, al escribir en inglés, las teclas situadas en vertical no suelen presionarse de manera consecutiva. ¿Es lógico que utilicemos hoy y aquí la misma disposición de las teclas? Una alternativa es el sistema Dvorak, adaptable a diferentes idiomas y que permite escribir mucho más rápido…a ver quién es el valiente que intenta hacer el cambio…
El enlace: homenaje a un grande…
http://www.youtube.com/watch?v=bwv-vZryKUU&feature=related
El observador
Anda que...qué putada que los 7000 MB que te dan de inicio (que se te ha olvidado comentarlo) se vayan incrementando, eh?
ResponEliminaSería mucho mejor que en vez de darte 124 Mb extra al año (repito, a añadir a los 7 GB) se quedaran fijos así en 7 Gb, o mejor aun, que te hagan pagar por aumentar la capacidad, no? Y además, ¿para que usas el correo que necesitas tanta capacidad?
Aparte de esto, gran artículo, grandes citas y, sobre todo, gran homenaje...
PD. todo dicho de buen rollo,eh? No te me enfades...
Interessant les reflexions, he rigut molt !
ResponEliminaClaudàtor, la idea era poner en relieve lo absurdo de la publicidad del producto, no el producto en sí. Creo que una empresa con un valor de casi 90.000 millones de dólares podía currarse un poco más la manera de hacer más dinero...
ResponEliminaGracias por el comentario.