Reflexiones optesimistas (I) – Poder poder

¿En qué momento dejamos de ser ciudadanos para pasar a ser consumidores? De elector (a quién votas) a selector (lo que decides comprar). Poca más capacidad de decisión nos va quedando...y eso en la vieja, desarrollada, negligente, próspera y cínica Europa; la mayor parte de ciudadanos del Mundo ni vota ni apenas consume...


Las últimas noticias del Mundo (tsunamis, guerras, riesgo nuclear) serían difíciles de digerir incluso para la casi quincuagenaria Mafalda; en realidad no hay nada que sea demasiado nuevo, todo sigue siendo la historia reciente de la Historia, solo que esta vez todo está en internet y se puede seguir en tiempo real. Juntando todo y dándole alguna vuelta surgen algunas reflexiones, muy contradictorias en función del día, la hora y el interlocutor; hay atisbos de esperanza en medio del Apocalipsis, en el basurero salieron brotes verdes, la primavera desde la Luna.


La costa Guipuzcoana, imposible cansarse de descubrirla...



Y es que cuando uno se levanta optimista le puede parecer que, por primera vez en la Historia, una enorme cantidad de ciudadanos del Mundo está interconectada, tiene acceso a la información pasada y también a la inmediata, cualquier persona inquieta puede no solo informarse sobre cualquier asunto desde un punto de vista razonablemente neutral sino también desde medios y fuentes afines o contrarios a sus ideales, puede entablar conexión con otras personas en su situación y acabar coordinando entre todos una revuelta que acabe con una dictadura de 40 años y que parecía absolutamente inamovible. Eso es bastante más de lo que conseguimos Aquí con nuestro Mubarak particular. La famosa quinta columna de Goebbels (el control de la información y sus medios) al fin (y contra todo pronóstico orwelliano o bradburiano) democratizada y en poder de la mayoría; se acabó el poder del conocimiento en manos de unos pocos. Si el día es especialmente soleado uno puede llegar incluso a pensar que los movimientos del mundo Árabe están solo en su fase más incipiente, y que se trata de una oleada de demanda de justicia que podría acabar por derrocar todos los regímenes criminales (puestos, mantenidos o tolerados por Europa y EEUU, no les quepa duda) que trituran a la población mientras se lucran unos pocos; incluso es posible que el papel de las mujeres y las minorías en la construcción de las nuevas sociedades comience a ser cada vez más notorio, en base al empuje mostrado en estas revueltas. Otro argumento que puede hacer a uno pensar que la cosa no va tan mal son fenómenos como wikileaks, que, sin airear nada demasiado relevante hasta el momento, sí ha molestado bastante (al menos en apariencia) a quien tenía que molestar, que no es poco o, al menos, no es menos de lo que se haya conseguido hasta la fecha. El futuro del “movimiento” determinará el alcance real y la función que puede llegar a tener ésta y otras iniciativas interesantes, como por ejemplo Anonymous, etc...



Pero claro, al día siguiente baja la presión atmosférica, uno se levanta con el otro pie, le toca esperar para entrar en el baño y se hace la terrible pregunta: ¿realmente tenemos a nuestro alcance toda la información, o de hecho los que mandan tienen tanto poder que les da igual que podamos acceder y compartir todos aquellos datos que nos dejan disponibles como migajas? Si estamos ante la segunda situación, nada que hacer. Si estamos ante la primera (toda la información a nuestro alcance, para pánico de los poderosos), siempre puede uno preguntarse con cierta angustia antes de la angustia por cuánto más tiempo permitirán que el sistema funcione así...de momento la discusión sobre la libertad en la Red ya es un tema que se empieza a debatir en serio; siempre cabe preguntarse dónde, cuándo y cómo y sobre todo quién pondrá el límite a la libertad y neutralidad de internet...¿hay algún tema más relevante en este momento, en relación con la construcción de la famosa Sociedad Global? Por otro lado, ¿a dónde pueden llevar las revueltas en países árabes? ¿Paz? ¿Justicia? ¿Unas sociedades más equitativas? ¿O sólo un poco más del Gatopárdico “cambiar todo para que nada cambie”?




Si nos centramos en asuntos más domésticos, uno de cuenta de que nuestro poder como votantes, salvo en pequeños municipios, es ya casi nulo, todas las cartas están dadas y la decisión varía entre:


- los grandes (enormes) partidos: hasta ahora no han cambiado nada y es evidente que no lo harán nunca, así que para elegir uno u otro suele imperar el voto al partido rival de aquel que te genere más repelús;


- un partido pequeño con el cual puedes estar de acuerdo en muchas cosas, pero que sabes perfectamente que nunca llegará a nada; la duda es si no llegarán a nada por decir las cosas claras y ser valientes o si de hecho lo dicen porque saben que no ganarán...;


- el voto en blanco o nulo: no es mala opción, pero el sistema electoral de Aquí equipara esta opción a no haber votado, por increíble que parezca.


Mientras continúen las listas cerradas (solo en 14 países hay listas abiertas), poco más que hacer. Un partido solo llega al poder si puede pagar una enorme campaña publicitaria, después le toca devolver favores por un lado y hacerlos a priori por otro (por aquello de arreglarse una buena jubilación en alguna gran empresa). Aunque hubiera el resquicio para que determinados políticos (por alguna extraña razón solo me viene a la mente José Antonio Labordeta) intentaran cambiar las cosas, siguen estando en manos de las grandes corporaciones, que son al final los que obviamente dirigen: las políticas económicas las establecen los bancos y las agencias de calificación (privadas); las políticas laborales están impuestas por las grandes empresas (porque para eso dan trabajo a la gente, claro), el urbanismo lo dirigen las constructoras y los protocolos médicos los establecen las farmacéuticas. Ergo nos guste o no somos poco más que consumidores.


Pero en un día de ésos en los que tienes un desayuno excelente y además en buena compañía uno puede darse cuenta de que, aun no siendo poco más que consumidores, tampoco somos mucho menos que consumidores; de hecho, éste no es un poder en absoluto despreciable. Cada vez más gente se informa en detalle sobre un producto antes de comprarlo. Véanse páginas web en las cuales es posible comentar tu experiencia en un albergue u hotel. O los foros donde miles de personas contribuyen con sus vivencias a hundir los productos o establecimientos más piratas e infames y a promover los de más calidad. Siempre estarán los escépticos que digan que en estos foros participan también los propios implicados para ensalzar su producto y/o aniquilar el de la competencia, pero siguen siendo unos pocos e identificables islotes en un mar de neutralidad. Uno puede llegar a soñar que algún día a las compañías con peores prácticas sociales y ambientales pudieran llegar a ser boicoteadas en base a sistemas análogos, de manera que se pudiera conseguir “elegir” (con el voto del capital, está claro) a las mejores empresas desde un enfoque integral. Además, este voto se ejerce siempre que quieras, no tienes que esperar cuatro años para arrepentirte...no está tan mal, ¿no?



Sí, es evidente que las grandes empresas son cada vez más grandes y cuanto más grandes más amigas; el oligopolio no es más que un monopolio no procesable por prácticas monopolísticas (véanse las compañías de seguros que intercambian todos los datos de los clientes o los clamorosos pactos de precios de la gasolina); sí, es imposible competir con las enormes empresas a nivel de precio; la logística y la deslocalización permiten producir a coste muy bajo. Pero no es menos cierto que otras maneras de hacer las cosas están en claro avance; cada vez existen más cooperativas de consumo, se está desarrollando de manera portentosa la agricultura ecológica, el poder notable de las asociaciones de consumidores (al menos Aquí)...algo está cambiando. También ayudan ciertas noticias que hacen ver que no todo está perdido…


Toda esperanza en este sentido se viene a los pies cuando uno piensa en la escasísima capacidad crítica del consumidor medio, cuyo único afán suele ser ahorrarse unos céntimos al comprar un producto, sin importar los miles de kilómetros que han tenido que recorrer esos pimientos peruanos, los brotes de soja chinos, las frutas chilenas o las lentejas canadienses. Peor aún es quien hace caso de la publicidad...y qué poco podemos hacer para cambiar esos hábitos en la gente…


Siendo éste un tema inagotable para el cual uno se siente infinitamente poco capacitado para siquiera comentarlo, simplemente se quería compartir con la fiel familia criTeriana unos pensamientos siempre contradictorios que emergen en la cabeza o en discusiones en los momentos menos sospechados…


Seguirá próximamente con un monográfico (¿bigráfico?) en el que comentar así como por encima el sonrojante papel de Europa y las Españas en el Mundo. Casi nada.



El observador



La cita:


Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad. La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren. A. Schopenhauer



El enlace:


Este mes se ha hablado de la Quinta Columna…ahí va la cuarta: http://www.alt64.org/revista/04-14.htm

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4 comentaris :

  1. Molt interesant. Jo tambe crec que la llibertat de la informacio, ni que sigui sobre informacio sovint, es el millor que tenim i que no hem de perdre. La resta es una me (menys el paisatge de les fotos).

    Felicitats, no em perdo el proxim

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  2. ei Llaminadures!
    què és per a tu una "me"?
    Merda? Meravella?
    em deixes intrigat ;)

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  3. Ostres veig que no senten el tema "me", ho devia escriure adormit.

    Volia dir que el tema de la llibertat d'expressió (Internet) és el millor que tenim i que no hem de perdre. La resta com polítics, bancs, SGAE i demés ojalà ens ho deixem pel camí.

    Per cert les fotos chulíssimes

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  4. Jo ho veig difícil tot plegat. Però els canvis passen i esperarem que sigui poc traumàtic, alliberador i que el producte final en sigui millor que l'inicial. Però ningú ho assegura no? que Alà agafi confessats als Egipcis i que no passi com a Iran, sortir de les brases per acabar al foc.

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