Estribillos por la Austeridad - Hemos robado por encima de vuestras posibilidades y pagaréis por ello (II)

Este mes seguiremos comentando hasta qué punto la política de austeridad aplicada Aquí en este momento es como aferrarse a un bloque de granito para no ahogarse; el naufragio en cuestión se llama Crisis para casi todos y Chollo para la minoría de siempre. Este mes comenzaremos el resumen del libro "Hay alternativas - propuestas para crear empleo y bienestar social en España”, de Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón, que los autores y el movimiento ATTAC han puesto a vuestra disposición aquí. Este mes, aprovechando la reforma laboral y la reacción siguiente, se tratará el tema del empleo...


Mentira repetida hasta la saciedad número 2: Hay que flexibilizar el mercado laboral y aplicar contención salarial para generar empleo y mejorar la productividad



Lo que la CEOE nos lleva meses contado es que Aquí la gente cobra demasiado, y que es imprescindible bajar salarios y flexibilizar el mercado laboral (es decir, abaratar el despido y liquidar los convenios colectivos). La mala noticia es que alguien les ha creído, con el agravante de que eran políticos y con la fatalidad de que encima están en el Gobierno, y nos han impuesto una reforma laboral criminal.

¿Se cobra demasiado en España?

No podríamos expresar mejor lo que comenta el libro “Hay Alternativas”:
En España los economistas, los empresarios y los políticos conservadores y neoliberales se oponen a la elevación del salario mínimo y proponen incluso su eliminación. Argumentan que su elevación destruiría empleo pero los datos muestran, por el contrario, que Grecia, España y Portugal, que son los países con el salario mínimo más bajo de la UE-15 (en 2008 en Grecia era de 4,86 euros estandarizados por hora, en Portugal de 3,31 y en España de 4,07 euros por hora), tienen también el mayor nivel de desempleo. Mientras que Francia, Bélgica, Holanda y Gran Bretaña, que tienen un salario mínimo que es más del doble del de España (Francia 8,70, Bélgica 8,23, Holanda 8,22 y Gran Bretaña 8,06 euros estandarizados por hora), tienen un desempleo mucho menor. (…) Una de las medidas de mayor éxito tomadas por el presidente Franklin Roosevelt para salir de la Gran Depresión en Estados Unidos fue aumentar el poder de los sindicatos (para que crecieran los salarios) y subir así el salario mínimo.
(…)
Si observamos la evolución del salario real nos damos cuenta de que los datos reflejan perfectamente la percepción generalizada de la población española: que cada vez tenemos menos poder adquisitivo porque con el mismo sueldo podemos comprar menos cosas. Así, desde 1994 hasta 2006, cuando comenzó la crisis, los salarios reales cayeron un 5,94 por ciento. Pero además resulta que la participación salarial en la renta cayó en el mismo periodo un 7,98 por ciento. Lo que quiere decir que, aunque el país se ha enriquecido desde 1996 hasta 2004, y que, por tanto, la tarta que hay que repartir ha aumentado, la proporción que ha correspondido a los trabajadores se ha reducido en ese porcentaje del 7,98 por ciento, en oposición, claro está, con el crecimiento equivalente de los beneficios empresariales. Y, sin embargo, no ha aumentado nuestra competitividad, sino todo lo contrario, lo que significa que esta última depende de otros factores y que no se va a conseguir que mejore ahora bajando aún más los salarios.
(...)
Jesús Felipe y Utsav Kumar han demostrado que entre 1980 y 2007 los costes laborales unitarios de la Zona Euro han aumentado (y también en España, por cierto), pero que este aumento se explica por incrementos en los precios y no en los salarios; (...) habría que intervenir en el componente precios. (...) Los estudios empíricos que se han realizado a partir del modelo de Bhaduri y Marglin han determinado que en la mayoría de las economías europeas (incluida la economía europea como un todo) lo mejor para aumentar el crecimiento económico es la alternativa de subir los salarios. Y un estudio realizado por Martin Naastepad en 2007 para España concluyó asimismo que esa estrategia también era la más conveniente para el caso español.

La conclusión lógica es que bajar salarios es una medida absurda. Para más información sobre sueldos comparados en diferentes países de Europa, aquí  y aquí.

El inicio de la primavera, otro momento más para ir al País Vasco...

¿Abaratar el despido ayuda a crear empleo?

Este oxímoron tan ocurrente utiliza una lógica tan reduccionista como sería decir que, por tanto, encarecer la contratación ayuda a crear empleo.

La única posibilidad con la cual se puede admitir tan sorprendente afirmación sería la situación en la que las empresas puedan echar por cuatro duros a un trabajador que llevara varias décadas en plantilla para contratar a dos becarios para que hagan mucho más trabajo por menos dinero. En ese caso, es cierto, se cambian dos parados por uno. Y se reduce el paro juvenil que quita el sueño a nuestro Monarca; todos contentos: el empresario, los dos becarios y el Monarca. Solo pierde el trabajador de mediana edad, cosas que pasan en beneficio de la mayoría. Si este caso le escandaliza pero aún quiere más, puede consultar la Reforma Laboral para asegurarse de que la realidad puede superar la ficción. En otras palabras, que si ahora un banco o gran empresa cualquiera tiene ingresos decrecientes durante los últimos 9 meses (independientemente de si sus beneficios han crecido) puede echar a los molestos trabajadores de entre 40 y 55 años con sus aún más molestos complementos por antigüedad por unos módicos 20 días por año trabajado, cambiarlos por un número similar de menores de 30 años con contrato indefinido con 1 año de prueba a los que poder exprimir (sabiendo que estos chavales se dejarán la piel por trabajar, demostrar que valen para el mercado laboral, echando las horas que hagan falta y por un sueldo raquítico) y, pasado el año, despedirlos a todos sin indemnización y contratar una nueva hornada a precio de saldo. Para más información, aquí. Si no fueron a la huelga por motivos como éste ya no hace falta que se molesten.

Volvemos al libro:
Para facilitar la creación de empleo, hay que (…) acabar con las normas que han institucionalizado la precariedad, adoptar medidas para combatir el trabajo informal y el de tiempo parcial no deseado o impuesto por razones de género por insuficiente impulso de las políticas de igualdad, incentivar el empleo indefinido, disminuir el tiempo de trabajo, establecer mecanismos de restitución social y penalización a las empresas innecesariamente destructoras de empleo, aumentar el salario mínimo y garantizar rentas mínimas, evitar la exclusión que sufren los llamados nuevos trabajadores pobres y reconocer y mejorar la ecología del trabajo.

Cabe decir que este libro fue escrito antes de la última reforma laboral, no habrá que aclarar que se ha hecho exactamente lo contrario.



¿Es necesaria la contención salarial para mejorar la competitividad?

La línea de pensamiento de la CEOE, o al menos lo que dicen, es que, a menor sueldo de los trabajadores se podrá bajar el precio de los productos y por tanto podrá competir mejor frente a otras empresas. Desde el punto de vista teórico, y considerando que esta empresa fuera la única que aplicara estas medidas y que los consumidores solo quisieran pagar menos, el sistema funcionaría y mejoraría la competitividad. Por supuesto, esta estrategia deja de funcionar cuando:
- el resto de empresas hace lo mismo
- hay otros países que siempre producirán más barato
- los trabajadores más baratos no son más productivos que los mejor pagados
- los consumidores penalizan a las empresas que aplican estas medidas

Si bien las dos últimas situaciones expuestas son solo probables, las dos primeras son absolutamente indiscutibles. Tampoco es difícil darse cuenta de que cuanto menos poder adquisitivo tenga la población, ejercerá un menor consumo, perjudicando indirectamente a las mismas empresas y al conjunto de la Sociedad. Por tanto, ¿a qué empresas beneficia esta política de contención salarial? Única y exclusivamente a:
- las que exporten mucho (siempre que en otros países no hagan lo mismo);
- las que gestionan servicios básicos: proveedores de combustible, grandes distribuidoras de alimentación y medicamentos, energía, telecomunicaciones, seguros, etc. Para estas empresas, que no son precisamente Pymes ni emprendedores, la contención salarial es lo mejor que les puede pasar, ya que reducen sus gastos considerablemente (tienen grandes plantillas) sin renunciar a mantener sus ingresos.

¿Será por ello que casi todos los ex-ministros acaban de asesores en Endesa, Telefónica  (aquí hay más); Repsol, etc? Para los morbosos, ahí van unos cuantos casos más.

Por su parte, la mayoría de Pymes y autónomos saldrán claramente perjudicados por la contención salarial, ya que sus clientes gastarán menos en todo lo que no sean gastos básicos. Para ellos queda pan para hoy (reducción de plantilla más barata, que aplicarán muchas empresas) y hambre para mañana (demanda en continua reducción). Unos párrafos más de “Hay alternativas”: 
John M. Keynes, economista británico, mostró que la tesis según la cual la creación de empleo depende del coste del trabajo es una falacia (...) porque por muy bajo que sea el salario ¿para qué va a contratar a más trabajadores una empresa si no tiene clientes a quienes vender sus productos? (…) La creación de empleo dependería, por tanto, no del nivel del salario sino de que hubiera suficiente demanda de bienes y servicios.
(…)
Durante la Gran Depresión de la década de 1930 se (...) promovieron planes de estímulo público que tenían como objetivo proporcionar de forma masiva empleo a los trabajadores a fin de que sus sueldos sirvieran para comprar los productos de las empresas que estaban sin poder vender. Además se establecieron medidas de la misma filosofía, como aumentar el salario mínimo o establecer prestaciones por desempleo(...). Por todo ello, promover la rebaja salarial en una economía (y máxime en época de crisis) es empobrecer no sólo a los propios trabajadores sino también a la economía en su conjunto y por supuesto a sus propias empresas. Rebajas en los salarios acompañadas de la supresión de medidas de prestaciones sociales y de una reducción generalizada del gasto público sólo pueden llevar a un estancamiento de la crisis, pues la economía carecerá del impulso necesario para superarla. Y, de hecho, eso es lo que está ocurriendo desde que los gobiernos, siguiendo la presión de los bancos y de las grandes empresas interesadas sólo en cobrar sus deudas y asegurarse su poder de mercado, acordaron por desgracia suprimir los programas de gasto y apoyo a la actividad económica. El conjunto de las empresas disfrutaría de una mejor situación y obtendría más beneficios si los empresarios fueran capaces de entender esta paradoja.


La jornada laboral

Con los recortes actuales y el poder dado a las empresas, es bastante esperable que los trabajadores de un nivel determinado, dentro de una empresa, compitan entre ellos para verse menos prescindibles a los ojos de quien tiene la posibilidad de echar a la gente. Con esa espada de Damocles, la principal salida es producir más: en el caso en que esto signifique trabajar mejor, el efecto será positivo. Cuando la consecuencia sea que los trabajadores harán más horas (más probable, independientemente de que se trabaje mejor), estaremos frente a una situación doblemente negativa para la Sociedad, además de lamentable para el sujeto: un trabajador que hace muchas horas de más tiene menos tiempo de ocio (y por tanto de consumo) y además hace un trabajo que podría hacer otra persona, con lo que se limitan las posibilidades de nuevas contrataciones y no se reduce el paro. Una vez más, lo que es bueno para una empresa a nivel individual es nefasto para la Sociedad como conjunto. Y es que precisamente reducir el número de horas de la jornada laboral es una de las propuestas que se hacen en el libro:

En Francia y en otros países europeos la evolución de la tasa de paro tiene que ver, sobre todo, con el número de horas de trabajo y no con la evolución de los salarios. (…) Alemania es uno de los países con un mercado de trabajo más regulado de la Unión Europea, principalmente como consecuencia del sistema de cogestión en el que los sindicatos (y los trabajadores) de las empresas están en sus equipos de dirección. Pero a pesar de ello, y a pesar del gran descenso de su actividad económica medida a través del PIB, como resultado del descenso de sus exportaciones a que dio lugar la recesión mundial, no sólo no aumentó su desempleo sino que ha continuado disminuyendo. Ha sido así porque, al reducirse la demanda, las empresas (el 40% de ellas en el periodo 2008-2009) han reducido las horas de trabajo en lugar de reducir el número de trabajadores. (…) Si cuando hay más crisis aumenta el tiempo de trabajo, como ha ocurrido en España, resultará que se perderá más empleo. Si disminuye, como sucede en Alemania, se conserva. (…). Algunas de las empresas más eficientes y las que han respondido a la crisis con menor destrucción de empleo han sido cooperativas de trabajadores y empleados de reducido abanico salarial, con diferencias entre los mejores y peores pagados de 3 a 1, que contrastan con las grandes empresas del Ibex-35 que destruyen más empleo y en donde esas diferencias llegan a ser 20 a 1. Mondragón es un ejemplo de ello y se puede afirmar que si la mayoría de empresas en España hubiera actuado como las de Mondragón, nuestro nivel de desempleo sería mucho más bajo que el actual.

Nota: sería interesante ver qué han propuesto los grandes sindicatos y la patronal de Aquí respecto a los esquemas de co-gestión empresarial...si alguno de nuestros queridos lectores sabe algo, se agradecerán los comentarios.

Nota 2: al parecer la única manera de aumentar la competitividad que se les ha ocurrido a nuestros políticos (¿aconsejados por la patronal, acaso?) es pagar menos...Parece que aumentar el exiguo presupuesto de Ciencia y Tecnología no es una idea demasiado acertada, en opinión de nuestros próceres...


Hay que flexibilizar el mercado laboral – la aclamada Flexiseguridad danesa

Hace gracia ver cómo nos quieren aplicar “recetas nórdicas” solo para aquellos aspectos en los que saldríamos perdiendo. La cacareada flexiseguridad es un tema ciertamente interesante, aunque tiene sus grandes inconvenientes:

La realidad nos muestra, además, que incluso el modelo que está de moda consistente en combinar mucha flexibilidad, facilitando el despido con seguridad, tal como ocurre en Dinamarca, sólo funciona en tiempos de elevado crecimiento económico y pleno empleo, es decir, cuando en realidad no hacen falta. La llamada flexiseguridad como la danesa que ahora está de moda sólo funciona si el empresario puede despedir con facilidad pero también si los trabajadores tienen una amplia oferta de puestos de trabajo con servicios de formación incluidos, y con un seguro de desempleo elevado que le permita encontrar trabajo de semejante calidad. Una oferta de puestos de trabajo que no existe en fases de recesión. Y eso es lo que ha hecho que, cuando Dinamarca ha entrado en recesión, haya dejado de ser un modelo porque su desempleo se ha disparado y su tasa de crecimiento del desempleo ha sido, durante la crisis, de las más elevadas en la Unión Europea (2 puntos).

Se rogaría a nuestros queridos políticos que se lavaran la boca antes de hablar de medidas nórdicas en vano; si quieren aplicarnos recetas de aquellas latitudes, les agradeceríamos que vinieran acompañadas del refuerzo del sector público, del poder adquisitivo y de un sistema de impuestos progresivo de verdad, temas todos a analizar en próximas entregas. También pueden aprender de las reformas laborales nórdicas o de sus organismos de control que pueden procesar por negligencia a dirigentes públicos.

Ahí van unos últimos enlaces para reflexionar:

- sobre el precio de la electricidad en España (a la hora de las elecciones, recordemos los políticos que luego regalan en estas compañías): este enlace , éste  y este otro  son ciertamente reveladores.

- la aplicación “estratificada” de la reforma laboral en las empresas.


El próximo mes haremos una breve tregua sobre estos temas, aunque solo para coger más carrerilla cuando los retomemos...


El observador



El enlace:
Ahora que estamos en vísperas de declaración de la renta, ahí y ahí  va el dinero de la primera X, junto con 13 millones de euros mensuales más ayudas a colegios concertados y otras subvenciones y exenciones fiscales; ahí va el de la segunda X. Curiosamente, Cáritas consigue financiación con ambas casillas, quién pudiera. Si no marcas ninguna de las X, el dinero va a los presupuestos generales del Estado.


El momento jocoso:
Para que luego digan que Aquí solo se destruye empleo...
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147173&titular=relaci%F3n-de-agraciados-con-empleo-en-las-%FAltimas-semanas-

 

La cita:
"El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones". Winston Churchill

Share this:

Publica un comentari a l'entrada

 
Copyright © Revista CriTeri. Designed by OddThemes