Deberías haber visto las flores dibujadas bajo el álamo
lejos de uno de los varios puentes construidos de rocas
volcánicas, traídas desde la costa marítima más cercana
a los pescadores de la orilla oeste del país que visito
hace ya algunos días subiendo en uno que otro tren
que a veces me recuerda mi propia patria, sobretodo cuando
se apresura y raudo atraviesa estaciones repletas de gentes
que esperan un tren que los lleve a otra ciudad cercana
y en mucho meditan cuando me ven pasar desde el hangar
pensando que mi tren es también su tren y se va sin ellos
en irónico error sin haber ni siquiera anunciado su llegada
después de la salida que esa mañana hizo desde la estación
original en la que yo combinaba desde otro tren que venía
desde la orilla opuesta de este país que visito prestando
especial atención a las costas marinas donde pescadores
persiguen con grandes redes cardúmenes no muy coloridos
que pueblan zonas lejanas a la costa de rocas oscuras por la erupción
de un volcán que alguna vez activo en el pasado, nadie teme,
pero en su lugar controlan cuidadosos el flujo de las aguas
para evitar el derrame de los cauces sobre regiones habitadas
trabajadores refuerzan los puentes con oscuras rocas volcánicas
traídas desde la costa más cercana y al pasar entre los árboles
y entre las dunas cubiertas de hierba verde y de flores,
que a la distancia parecen dibujadas,
nos imaginé juntos hace unos días, bajo ese mismo álamo,
con cara de estarlas mirando.
A.Litero
lejos de uno de los varios puentes construidos de rocas
volcánicas, traídas desde la costa marítima más cercana
a los pescadores de la orilla oeste del país que visito
hace ya algunos días subiendo en uno que otro tren
que a veces me recuerda mi propia patria, sobretodo cuando
se apresura y raudo atraviesa estaciones repletas de gentes
que esperan un tren que los lleve a otra ciudad cercana
y en mucho meditan cuando me ven pasar desde el hangar
pensando que mi tren es también su tren y se va sin ellos
en irónico error sin haber ni siquiera anunciado su llegada
después de la salida que esa mañana hizo desde la estación
original en la que yo combinaba desde otro tren que venía
desde la orilla opuesta de este país que visito prestando
especial atención a las costas marinas donde pescadores
persiguen con grandes redes cardúmenes no muy coloridos
que pueblan zonas lejanas a la costa de rocas oscuras por la erupción
de un volcán que alguna vez activo en el pasado, nadie teme,
pero en su lugar controlan cuidadosos el flujo de las aguas
para evitar el derrame de los cauces sobre regiones habitadas
trabajadores refuerzan los puentes con oscuras rocas volcánicas
traídas desde la costa más cercana y al pasar entre los árboles
y entre las dunas cubiertas de hierba verde y de flores,
que a la distancia parecen dibujadas,
nos imaginé juntos hace unos días, bajo ese mismo álamo,
con cara de estarlas mirando.
A.Litero
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