El Pre-Diluvio
(Atención: este artículo
contiene spoilers)
Visto el éxito cosechado
con el artículo sobre Breaking Bad, continuamos con el
mundo del espectáculo, esta vez, estudiaremos (en varios capítulos, claro) el
best-seller más aclamado por crítica y público en los últimos 20 siglos: La
Biblia. Un título brillante, escogido con un eminente sentido comercial, ya que
viene del griego “Ta biblia”, es
decir “Los libros”; una manera infalible para pescar royalties a partir de
todos “los libros” que se escribieran al poco tiempo. De hecho, más que un
libro, es una especie de colección de relatos (los sacrílegos dirán que es una
especie de Reader’s Digest hebreo-arameo-griego), que conformó su composición
actual nada menos que en el IV Concilio de Cartago del 419, y ha permanecido
inamovible hasta la fecha, ya que no hay ninguna evidencia de falsedad o mínima
duda respecto al contenido; al parecer sólo mediante alguna exigencia del FMI
se podría cambiar algún artículo. Por supuesto, hay cientos de libros de la
época que fueron enviados al editor pero finalmente quedaron descartados para
esta exclusiva selección (véanse los Evangelios Apócrifos),
por no ser coherentes con el guión; dicen las malas lenguas que no eran
comerciales. Este mes nos ocupa uno de los capítulos más celebrados y
pintorescos de la trama: el Arca de Noé. El capítulo tuvo tanto éxito que no
solo está incluido en la Biblia, sino que también puede encontrarse un remake en
la Torá y el Corán, por lo que su autenticidad queda fuera de toda
consideración . A continuación resumiremos la historia que, como tantas otras,
parece escrita pensando en el posible guión de cine.
Todo comienza con un
flashforward (una prolepsis
de toda la vida, vaya) en la que vemos, en plano picado, a un viejuno llamado
Noé acabando de construir, en medio de un desierto de Oriente Próximo, un barco,
bajo un cielo de tormenta de esos que vuelven locas a las palomas, y levanta
vientos en todas direcciones. Los lectores se preguntan cómo se ha llegado
hasta aquí…y se inicia la acción:
El salar de Uyuni (Bolivia): lo que queda de un mar interior cuando el agua se evapora (un poco lo de Noé pero al revés)
Noé tiene en ese momento
600 años, de los cuales, ha pasado los últimos 120 construyendo la barca y
soportando las burlas de los vecinos (y de los hijos, nietos y bisnietos de
éstos, cabe suponer), por esa repentina pasión por el bricolaje naviero tan
poco apropiado para la zona, y absolutamente inédito. A nadie con conocimientos
de genética debería extrañarle la longevidad de Noé, ya que era nieto del
celebérrimo Matusalén (que llegó a los 969); no queda claro en el relato
cuántos siglos convivieron, pero confiamos en que se llevaran bien.
El caso es que, ya que era
su primera barca, no se iba a conformar con una chalupa miserable, sino que
optó por marcarse una embarcación de recreo de dimensiones en absoluto
reglamentarias: 130 m de eslora. Imaginamos el ritmo de trabajo, limitado por
la necesidad de ir recogiendo madera de características adecuadas, nada fácil
en aquella zona, y trabajando bajo el sol abrasador del desierto, y con broncas
diarias con la familia por la pasión desaforada que ponía en su nuevo juguete,
que llegó a convertirse en su único tema de conversación. Así, tras avanzar a
un ritmo de poco más de un metro al año, consiguió completar su obra. El
proceso es presentado con una cámara fija que muestra cómo el barco va
creciendo y cómo el sol va apareciendo y poniéndose muchas veces.
A continuación vemos a Noé
en un bonito atardecer, con la flamante arca al fondo, parcialmente desenfocada
para dar un toque dramático, explicando a la familia los siguientes pasos a
dar. La familia es, como corresponde al relato, bastante particular: está la
parienta, los tres vástagos (varones) y sus tres respectivas. El tema de la
edad de cada uno de ellos no queda aclarado en el relato, pero un sencillo
cálculo nos lleva a pensar que los críos pueden tener entre 20 y 580 años, por
lo que es más que probable que ya hubieran perdido el bigotillo de leche varios
años o siglos atrás.
Primer plano de nuestro
protagonista, con el tema principal de la banda sonora original de fondo, relatando la nueva misión vital que debe
cumplir su intrigada familia: tras una breve pero holística lección de zoología,
les insta a recolectar toda la biodiversidad animal del planeta, a razón de dos
individuos (macho y hembra) por especie, a excepción de las una serie de
especies elegidas, de las cuales recogerían siete parejas, por capricho bien de
Noé, bien de su Divino Inspirador. Al parecer el hijo mediano, quizá por una
rencilla largo tiempo soterrada con su padre, pero que por algún sitio tendría que salir, abrió un acalorado
debate sobre qué hacer con los organismos capaces de reproducirse asexualmente
(estrellas de mar, por ejemplo), lo que zanjó Noé con uno de sus poco frecuentes
pero explosivos accesos de furia: “recogeremos también dos, por mantener cierta
diversidad genética”, es lo último que se oyó en aquella casa esa noche
especialmente oscura y pesada. Nadie hizo ninguna objeción a una tarea que les
llevaría a recolectar, al menos, las 1,36 millones de especies animales
descritas hasta el momento, aunque se cree que podrían llegar a unos 9
millones; quién sabe si quien exagera aquí son los relatores bíblicos o los biólogos…
A la mañana
siguiente, con un amanecer de esos apocalípticos, y tras un larguísimo plano
fijo, vemos a la familia pertrechándose con redes, cazamariposas, un notable
número de botecitos convenientemente agujereados en la tapa, jaulas de diversos
tamaños y una descomunal lista de las especies asignadas a cada uno (ya que
eran ocho personas, avanzarían más si se repartían el trabajo), dispuestos a
emprender su divina tarea. Uno de los primeros aspectos a resolver fue qué
hacer con las especies acuáticas: las especies fluviales sufrirían por el
incremento repentino de la salinidad, al quedar todos los ríos cubiertos por el
agua del mar..pero sin embargo, a medida que continuara la lluvia (agua dulce)
y subiera varios kilómetros el nivel del agua, la concentración de sales se
reduciría considerablemente. Por tanto, lo más probable es que, para curarse en
salud, optaran por salvar tanto a las especies de agua salada como a las de
agua dulce, todas ellas ubicadas en acuarios etiquetados con la temperatura y
luz necesarios para su bienestar. Cuenta el relato que solo los diadromos (enlace
disponible solo en portugués, cosas de la wikipedia) pudieron ser abandonados a
su suerte; los evolucionistas, esos sacrílegos oportunistas, aprovecharán para
meter su cuña y dirán aquí que el diluvio fue un proceso de lo que llaman
“selección natural” que resultó en la supervivencia exitosa de las especies
capaces de vivir tanto en agua dulce como en agua salada.
Un vacío del guión, que
complementaremos aquí y ahora por salvar la cara al narrador oficial, es que la
recogida de material animal tuvo que verse forzosamente complementada por la
recolección de germoplasma
de todos los seres vivos que no pudieran sobrevivir a 40 días bajo el agua, es
decir, y muy probablemente, semillas de una gran parte de las 300.000 especies
vegetales descritas hasta el momento (al menos, las semillas que pudieran
perder su viabilidad durante una inmersión tan prolongada en agua). No queda
claro qué pasó con el reino Hongos, aunque Noé, en su inspirada sabiduría,
probablemente calculó que las esporas probablemente podrían aguantar sin
problemas.
¿Cuánto tiempo les llevó
capturar 9 millones de especies animales? Contando 4 cuadrillas de 2 operarios
cada una, y a razón de unos 10 minutos por especie (que incluyen localizar,
identificar, capturar y etiquetar la pareja), y descartando brevísimos tiempos
muertos para descansar, comer y dormir, y suponiendo un ritmo constante de
trabajo de día y de noche, salen poco más de 40 años de trabajo, cifra bastante
asumible teniendo en cuenta la estirpe de la que estamos hablando. Lo más
probable es que, a medida que fueran siendo capturados, los animales se fueran
teletransportando o dirigiéndose autónomamente hasta la rampa de subida del
arca, y que esperaran allí el tiempo necesario, alimentándose de lo que
estuviera a su alcance, hasta que comenzara a llover
Continuará…
El observador
El momento jocoso
Uno de “esos” vídeos de
internet…aparentemente, de la época en la que el VHS era lo más: un documento
gráfico que aúna tres de las grandes pasiones de los alemanes: la caspa, la seguridad
en el trabajo y lo gore:
El enlace
Un interesante corto (3:30
minutos!). Cortesía de la mágica C
La cita
“Sólo pido la oportunidad
de demostrar que el dinero no me hará feliz”. Spike Milligan
¡Bravo! Con esa narración tan apasionada ya casi he podido ver el tráiler, ¡incluyendo el épico e inconmensurable plano secuencia de las 9 millones de especies entrando en el arc! Me has emocionado, de verdad. ¡Óscar! ¡Qué digo óscar! ¡Lo siguiente!
ResponEliminaLos detalles de los acuarios con sus temperaturas y demás me han molado mucho, así como la EVIDENTE necesidad de llevar el banco de germoplasma por ahí rondando. Sin embargo el momento culminante ha sido lo de la eproducción sexual y la diversidad genética. Gran tensión dramática.
Sin desmerecer ni un ápice, mejorando lo presente, etc, te pido, te suplico que veas y disfrutes este desternillante monólogo de Ricky Gervais sobre el mismo tema (aunque en lugar de película, cuenta la novela). Cambió mi vida, y cada vez que tengo el día un poco tristón, me lo pongo y mano de santo.
http://www.youtube.com/watch?v=Z8dDqX64FRw
PD: ¡Qué cabrrrrones! ¡En el salar de Uyuni! ¡Slurrrp!
Gracias, querido invertebrado! De hecho era una de las referencias que tenía pendiente consultar...me la hizo llegar hace tiempo el Dr Multivac y quedó postergada...como buen mal pseudocientífico, uno tiende a escribir antes de leer! Esta vez sí que lo tengo que ver y, en el peor de los casos, plagiar!
ResponEliminaQue bó. He rigut molt amb aquest spoiler
ResponEliminaHo seguiré
Por alusiones: no tienes perdón de Dios, Observador (nunca mejor dicho). Mira que ponerte a escribir del arca sin haber visto al bueno de Gervais... Espero que ahora que el ilustre invertebrado te lo ha recomendado te dignes a verlo, (que son 10 minutos!), aunque sólo sea porque somos dos contra uno (y ambos doktorres ;-))
ResponEliminaLeyendo la entrada me he acordado de una frase que leí por ahí: "Dios es el mayor supervillano de la historia de la literatura". Y es que con la Biblia tienes un filón, historias llenas de muertes, venganzas, genocidios, apaleamientos, lapidaciones, adulterio, incesto y hasta guarreridas homosersuales!!! Aunque para alguna de esas historias me temo que tendrás que pagar royalties: http://copepodo.wordpress.com/2008/05/21/brokeback-bible/
Abrazos bíblicos!
ahora que ya eres doctor, puedo empezar a hacerte caso de vez en cuando...por fin he visto el vídeo (el enlace, con subtítulos en portugués para facilitar la comprensión a los ibéricos: http://www.youtube.com/watch?v=mKI1R6U3N7Y) y ciertamente es grande! Efectivamente, me temía un vídeo mucho más largo que pudiera agotar el tema, celebro que no sea así...por cierto, que la reflexión sobre el arco iris y el posible idilio Dios-Noé es memorable...
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