Como aquí, en ninguna parte

Es curioso, pero creo que todos hemos oído esta aseveración en diferentes contextos y situaciones. Por poner un ejemplo, cuando estamos en el extranjero, y ante un plato típico, alguno dice eso de “estoy deseando llegar a casa y comerme una tortilla de patatas”. Es curioso escuchar cosas así en países como Italia o Portugal en donde tardaríamos meses en probar todos sus platos típicos. Pero un error muy frecuente, es el de despreciar aquello que se ignora. Y es que la ignorancia suele ser demasiado atrevida.

Otro contexto muy habitual es cuando una madre o un padre ve como su hijo se va a trabajar al extranjero, y piensa en modo inmediato que es una pena que se vaya, “porque no hay ningún lugar en el que se viva como aquí”.

Independientemente de que el mejor sitio es aquel cercano a la familia, y que muchos salen a trabajar al exterior por necesidad y no por convicción, creo que no se puede afirmar que el país de uno, sea el mejor sitio para vivir. Principalmente por que no conocemos todos los posibles lugares para hacerlo.
Pero esta afirmación, sí me sirve para hacer una reflexión. ¿Cuál es el mejor sitio para vivir?. ¿En qué lugar del mundo se vive mejor?


Entra dentro de los gustos personales, porque habrá quien privilegie el clima, la gastronomía local, el nivel de vida, la seguridad, o las posibilidades laborales que tenga cada lugar, a la hora de definir a un lugar como un buen sitio para vivir.

Muchos defienden que España es el mejor lugar de residencia, por dos motivos: El clima, y la alimentación. No negaré yo que es muy agradable tener temperaturas suaves (aunque todo dependa de con qué lugar se compare), y poder tener fácil acceso a comer sano a un precio razonable. Pero creo que hay mucho más.

Hay quien defiende que España es el mejor lugar, por su ambiente festivo, la abundancia de locales, bares y restaurantes, abiertos a todas las horas del día, y por su enorme oferta de ocio. Tampoco puedo decir que no me guste que el país en donde vivo tenga esta ventaja, y que pueda tener una gran variedad de lugares en donde tomarme un café o comer algo a cualquier hora del día, y en donde es muy fácil socializar, e incluso “vivir” en la calle.

Sin embargo, tengo claro que lo que hace para mí un lugar ideal para vivir, es, primeramente, aquel en donde cualquiera pueda acceder a un trabajo digno y a una buena oferta para los momentos de ocio de actividades culturales, deportivas,... Aquel en donde cualquier persona normal tenga posibilidades de ser parte de una clase media dominante, con un trabajo digno que le permita tener un cierto tiempo libre que pueda utilizar a su gusto. Aquel lugar en donde no haya grandes diferencias entre muy ricos y muy pobres, en donde se tengan ciertos derechos, ciertas libertades, y también ciertos deberes cuyo cumplimiento sea aceptado por toda la comunidad.

Y después, y sobretodo, ese lugar ideal lo hace tal  la gente que allí vive y el nivel de respeto y buena vecindad hacia los demás.

Pero no hablo del respeto en cuanto a que se te permita ser como eres y nadie lo critique. Hablo de respeto en cuanto a no molestar a los demás, haciendo que la presencia de uno, lejos de ser un problema para el prójimo, sea una ventaja, un privilegio. Porque para mí, respeto es reciclar correctamente la basura, no superar los límites de velocidad poniendo en peligro a otras personas, no aparcar sistemáticamente en doble fila, no poner la televisión alta por la noche, no tirar basura por la calle, no hacer sonar el claxon en los semáforos, respetar los turnos en las colas, ser puntuales,… y así cientos de detalles que cada día pueden importunar a quien nos rodea. Una persona que no respeta, molesta al prójimo y así hace menos habitable el lugar en donde vive. A veces es difícil vivir en grandes ciudades, pero lo es más si los que allí habitan viven como en la jungla con una vida del “sálvese quien pueda” o del “todos contra todos”. Por el contrario, en una ciudad gigante como Tokio, todos se respetan. No se oye el sonido de un teléfono móvil, no hay un papel por el suelo, se respetan religiosamente las filas para ser servidos… se cumplen las reglas que se marcan para hacer más fácil la convivencia. Si no hubiera ese respeto por los demás, sería imposible vivir allí. Y ese respeto y amabilidad, se hace incluso el recurso turístico más importante de Tokio.

Para mí es la gente la que hace habitable un lugar. Un sitio es mejor con gente con ilusión por hacer cosas, con espíritu inquieto, con sentido del respeto y de la generosidad, con un afán hospitalario, con ganas de ayudar, con afán por mejorar nuestra sociedad, con iniciativa, con gusto por fomentar aficiones y ganas de mostrarlas a los demás. Gente con conciencia de ser parte de una comunidad, con el derecho y deber, de respetar y ser respetado.
Para mí, nuestro clima o nuestra gastronomía, siendo importantes, no lo son tanto como nuestras gentes. Estoy convencido, después de conocer muchas personas por el mundo, de que el español es bueno, generoso, hospitalario y amable. Pero creo que podemos hacer examen de conciencia y ver qué podemos hacer cada uno, para hacer que nuestro país sea efectivamente un lugar excelente para vivir.

Y para ello, debemos hacer cada día por ser joviales, amables, amigables, hospitalarios, generosos, serviciales, honestos, consecuentes, respetuosos… por poner en común nuestras habilidades, tener voluntad de aprender y mejorar, respetar el espacio de los demás, mejorar el medio ambiente,… por rendir en el trabajo en la medida de las posibilidades de cada uno,… por ayudar al compañero o al vecino,… por respetar a los mayores y apreciar lo que nos dieron y nos dan,… por mantener unos valores en una sociedad predicando con el ejemplo,… por transmitir con nuestra actitud valores y conductas a las nuevas generaciones,…

Hay muchas pequeñas cosas que al final se hacen muy grandes. Hay símbolos en la sociedad cuyo comportamiento son ejemplo positivo o negativo. Personas famosas como cantantes y deportistas que influencian con su actitud. Pero cada uno, en nuestra pequeña parcela, podemos mejorar o empeorar nuestro entorno y el sitio en el que vivimos. Podemos ser un perfume que impregna todo, un soplo de aire fresco que entra en una habitación cerrada,… pero también una manzana podrida que puede estropear una cesta llena de fruta sana.

El país cuyos habitantes sean así, y sobretodo, tengan voluntad por mejorar y hacer mejor al lugar en donde viven, para mí, será el mejor sitio del mundo para vivir. Si hace frío, me abrigaré, pero rodeado de buena gente, y eso sí me dará el calor que necesito.


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3 comentaris :

  1. Enhorabuena Alberto, creo que no has podido definir mejor tantas cosas que muchos pensamos y que por respeto a los demás callamos en público.
    Paco Huertas

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  2. Muchas gracias Alberto por expresar con tanta claridad, algunas de las cosas que diariamente se me pasan por la cabeza. Y gracias por compartirlas.

    Miguel Rollán.

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