El mes
pasado presentamos brevemente la muy larga y aún más agitada
historia del Líbano, un país con menos de 100 años de existencia como tal, pese
a las no menos de veinte civilizaciones diferentes que se instalaron en la zona.
Como dijimos entonces, tras el fin de la Primera Guerra Mundial el Imperio
Otomano fue disuelto y dividido en varios países, en parte buscando cierta
homogeneidad étnica y sobre todo repartiéndose entre los vencedores las zonas con
petróleo accesible. Un punto complicado del reparto debió ser ese pequeño
espacio entre el Mediterráneo y la cordillera llamada desde tiempos inmemoriales
“Líbano”. En esta zona la accidentada orografía coincidía con una mezcla íntima
de etnias y religiones.
Ahí va el mapa físico del país que decidieron crear…
Cortesía de Sadalmelik
Como puede observarse, la cordillera central divide el
país en cuatro áreas claramente diferenciadas:
1) Al oeste, la zona costera, que recuerda a cualquier
otro punto del Mediterráneo: temperaturas suaves, mucho sol y ciudades con
varios milenios de historia.
2) A medida que se avanza hacia el interior se va ganando
altitud rápidamente y el paisaje se vuelve cada vez más húmedo y boscoso
gracias al archiconocido efecto Föhn.
3) La parte central de la cordillera, que alcanza 3.000 m
de altitud en la cima del monte Qurnat es Sawda (situada a tan solo 30 Km de la
costa) el paisaje es de alta montaña e incluye una estación de esquí.
4) Al pasar al otro lado de la cordillera se llega al
gran valle del Bekaa, una zona semidesértica que en otros tiempos era uno de
los valles más prósperos de la provincia romana de Siria (véase este tremendo templo que erigieron
en el camino natural a Damasco).
Para aderezar esta mezcla de paisajes, condiciones
naturales y de sus áreas de transición, los sucesivos conquistadores de la zona fueron dejando huellas en
forma de etnias: aquí vienen los 18 más importantes, en
su mayoría organizados en pueblos, valles o barrios. Aquí va uno de los mejores
intentos de hacer un mapa de las etnias en las que se organizan los aproximadamente
5 millones de libaneses que viven en Líbano*:
*”Los libaneses que viven en Líbano” puede parecer una
manera muy negligente de expresar un concepto, pero no es casual…se estima que
los libaneses (personas con ciudadanía libanesa) fuera del Líbano son entre el doble y el triple de los que
se viven en el país…además, actualmente hay que sumar a la población que vive
en el país unos dos millones de refugiados sirios y medio millón de refugiados
palestinos. Es decir, que un tercio de las personas que viven actualmente en el
país son refugiados.
De acuerdo, estamos ante un país muy diverso en cuanto a
paisajes y en cuanto a grupos de población, tampoco es algo inédito. Sin
embargo, lo que hace único a este país, es la superficie en la cual se mezcla este
cóctel: poco más de 10.000 Km2, es decir, equivalente a la media de
una provincia española. La densidad de población es de unos 740 habitantes/km2,
el doble de la de Bélgica y ocho veces la de España, siendo el segundo país del
mundo con mayor densidad de población (solo superado por Bangladesh) si se
obvian los micropaíses de menos de 2.000 km2.
El próximo mes terminaremos este monográfico, intentando
responder a dos preguntas muy obvias:
- ¿cómo se mantiene la paz entre tantos grupos, tan
diversos y apretados, y más cuando los pares de varios de ellos se están peleando en países cercanos?
- ¿cómo se sostiene esta densidad de población tan extrema
en un territorio cuya productividad es generalmente baja, y que no dispone de
petróleo ni otros recursos naturales relevantes?
El observador
El enlace: mucha gente se pregunta qué pinta un árbol en la
bandera de un país cuya superficie forestal es de tan solo del 13%. Bien, ese
árbol es el mítico Cedro del Líbano (Cedrus
libani), citado en la célebre Epopeya de Gilgamesh
y que equipó el palacio del rey Salomón, fue empleado por los faraones egipcios
para hacer sus sarcófagos y fue protegido formalmente por el emperador Adriano.
Un árbol muy especial que es probablemente el único símbolo que no causa recelo
en ningún grupo étnico. Esta especie aparece casi exclusivamente en las zonas
más húmedas de la cordillera del Líbano, entre 1.500 y 2.000 m de altitud,
aunque está siendo muy considerado, como no podía ser de otra forma, en los
numerosos proyectos de repoblación forestal del país.
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