La austeridad os hará libres

Hace unos meses parecía que Mariano Rajoy iba a asir el garrote y se iba a plantar ante las exigencias nordeuropeas. A la hora de negociar parecía que iba a emplear la estrategia de “habla a media voz mientras esgrimes un enorme garrote” (el garrote no era más que, al contrario de lo que sucede con Grecia, la capacidad que tiene España dado su peso económico en Europa de romper la baraja). Pero la cosa no quedó en más que un conato. Pues bien, al parecer la semana pasada se aunaron Rajoy, Monti y Hollande para crear un garrote de dimensiones descomunales en el seno de la Unión Europea, y Angela Merkel acabó cediendo: habrá rescate directo a la banca, rescate que no tendría que aumentar la deuda de los estados periféricos. Esa es la versión oficiosa, aunque para otros, como Wolfgang Münchau en el FT, la que se llevó el gato al agua fue Merkel, pues no habría accedido a ninguna concesión de verdadero calado.


Resulta difícil determinar si se trata de otra farsa como la perpetrada hace unos meses (que ahora te cojo del cuello… (entre de Guindos y Juncker) …que después nosotras somos soberanas y nosotras decidimos nuestro déficit... (parafraseando libremente a nuestro presidente)), pero de momento ha dado el pego; o al menos los mercados han reaccionado inicialmente de manera muy positiva. De todas formas el problema de fondo sigue siendo el mismo: Nuestro nivel de endeudamiento (al alza) y la imposibilidad de retornar lo que se debe; o nos perdonan nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores o ya nos podemos poner a rezar. Hay varias maneras de perdonar una deuda. Seguramente la más digerible sea poner más dinero en el bolsillo de los consumidores alemanes, darle a la manivela de hacer billetes electrónicos y crear mayor inflación en el norte. Ayudaría, pero no sería ninguna garantía de éxito. Según el Nobel Paul Krugman, que anda estos días por España vendiendo libros de puerta en puerta, gracias a las decisiones adoptadas en la reunión de la semana pasada, la probabilidad de una ruptura del euro se ha reducido del 50% al 40%.

Los obstáculos sociopolíticos siguen siendo los mismos que hemos repetido hasta la saciedad: 1) Hay que convencer al electorado teutón para que rescate a los sureños (dos de cada tres alemanes están en contra de los eurobonos) y 2) también habrá que convencer a celtíberos y demás subespecies mediterráneas para que acepten las condiciones del prolongado rescate. En este respecto, ya nos podemos ir familiarizando con un término muy en boga en Grecia: Memorandum, vocablo que comienza a asomar la patita tímidamente por estos lares y que cual “prima de riesgo” se convertirá en la estrella de tertulias y sobremesas. En la jerga legal anglosajona el memorandum no es más que el pliego de los términos y las condiciones de una transacción. Pero por estas latitudes no tenemos por qué padecer, nuestros líderes ya nos han explicado que no va a ser un rescate y lo que sea que vaya a ser va a ser incondicional; la parte contratante de la primera parte, para que nos entendamos. Hace unos meses, hartos de tantas condiciones (que después se cumplan o no ya es otro cantar) y tanto memorandum, un diario griego titulaba a toda plana Memorandum Macht Frei (se recomienda una búsqueda en la sección “imágenes” de Google). Acompañaba el titular una foto de Frau Merkel luciendo un brazalete con una imponente esvástica. El titular parafraseaba el conocido lema a la entrada de algunos campos de concentración de la Alemania nazi: Arbeit Macht Frei, o sea “el trabajo os hará libres”. Escalofriante… y revelador: un botón de muestra de la integración europea.

Aquellos que defienden más medidas de austeridad en España para recuperar la confianza de los mercados arguyen que no se puede achacar la precaria situación de nuestro país a las medidas de austeridad, ya que hasta la fecha dichas medidas han brillado por su ausencia. Parte de razón llevan, pues el año pasado las administraciones públicas gastaron unos 90.000 € millones más de los que había ingresado. Y a juzgar por cómo van las cosas en lo que llevamos de ejercicio nos vamos a pasar otros tantos pueblos este año. No podemos seguir gastando a este ritmo lo que no tenemos y lo que parece muy difícil que nos vayan a prestar. Además, pocos dudan de que lo peor está por venir. El impacto de los recortes en sanidad, por poner un ejemplo, o de las nuevas medidas que están a punto de anunciar no se comenzará a notar hasta pasados unos trimestres ya que se acaban de poner en marcha. Eso sí, en adelante de Arbeit (mal pagado) y de Memorandum vamos a ir más que sobrados, y cabe preguntarse, si nos apretamos de verdad el cinturón y cuando las medidas de austeridad comiencen a surtir efecto, ¿seremos más libres o nos ganaremos el cielo?

Óscar Ramírez

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2 comentaris :

  1. Pregunta tonta: en vez de volverse locos reduciendo gasto, ¿no es posible recaudar más, de quienes tanto tienen y tan poco pagan? No se trata de una medida populista tipo "bajar el sueldo a los diputados", sino meter mano de verdad a grandes capitales e indecentes patrimonios...

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  2. Per si algú dubta sobre la caiguda del país, aquí va un apunt aclaridor http://www.youtube.com/watch?v=k3QthGu7JFk

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