Café Olé

Madrid perdió los juegos olímpicos, y desde entonces todo han sido chanzas y mofas hacia la alcaldesa de la capital por haber pronunciado la famosa frase: “a relaxing café con leche in Plaza Mayor”. Aunque sus oponentes políticos se le han tirado a la yugular, la expresión de marras poco tiene de criticable. Los anglosajones son muy dados a emplear expresiones foráneas y, más o menos, pronunciarlas como en la lengua de origen. Eso sí, a la buena mujer en cuestión sí se la podría criticar por haberse dirigido al jurado como si se tratase de críos de tres años con déficit de atención, pero no por dejar caer una expresión castellana en medio de su alocución.


De hecho, en inglés, como es natural, carecen de un término propio para referirse al tan latino café con leche. En cualquier cafetería de Londres, para poder disfrutar de algo que se asemeje a un café con leche, hay que recurrir a nuestros vecinos gabachos y pedir un café au lait, que curiosamente se pronuncia más o menos como “café olé”. Lástima que el asesor que cobró un pastón por escribirle el discurso a la alcaldesa fuese norteamericano. Si la esposa del expresidente le hubiese pedido consejo a una amiga gaditana que tiene mucho arte, no dudo que le hubiese asesorado a las mil maravillas: “Niña, te enfrascas una peineta y vestido de faralae. Les dices que se tomen un ‘café olé’ lanzando el brazo al aire y girando la muñeca como la que enrosca una bombilla. Y te metes al jurado en el bolsillo”. Receta segura para llevarse la sede de calle.

Lo que de verdad no tiene perdón de Dios es contar con un jefe de candidatura olímpica que ante los periodistas internacionales se atreve a pronunciar, entre otras perlas, “no listen the ask” (intraducible para el argumento que nos ocupa). Baste decir que un alumno con esas habilidades lingüísticas no pasa del primer curso en cualquier academia mediocre. Pero lo más grave del caso no es el nivel de inglés del sujeto en cuestión. Lo peor es la inconsciencia al respecto. Lo peor es no percatarse de que con ese nivel de inglés no le colocas una piruleta a un niño con o sin problemas de déficit a la puerta de un colegio de Edimburgo.

Y con esta ignorancia supina de la lengua de Shakespeare, sorprende que hayamos batido récords de exportaciones y turismo en los últimos meses, que han ayudado a detener algo la caída libre de nuestra economía. Parece ser que aun con nuestro inglés macarrónico somos capaces de hacer de la necesidad virtud. Ahora solo falta, como diría nuestro querido ministro de Hacienda en otro alarde de exuberancia lingüística, “asombrar al mundo”. Aunque uno se teme que, con estos niveles de deuda y de desempleo, el motivo del asombro acabará siendo más bien de corte amargo.

Feliz mes de octubre,

Óscar Ramírez

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2 comentaris :

  1. buen nivel de deuda, buen nivel de desempleo, buen nivel de ingles,... es que somos buenos en todo

    Lo petamos

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  2. no es por hacer sangre, pero siempre tendremos las mates y la lectura...
    http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/10/07/actualidad/1381178933_752744.html

    Estoy de acuerdo en que lo del relaxing cup of café con leche fue lo menos bochornoso del discursito...es peor tardar medio minuto en darte cuenta de que está hablando en "inglés", con un discurso memorizado (es evidente que no tiene ni idea de lo que quiere decir lo que dice). De todas formas, no sé cuántos presidentes y ministros de los gobiernos centrales PPSOEros son capaces de hablar inglés O francés sin sonrojar al interlocutor...quitando a los de economía y exteriores...¿alguno además de Rubalcator?

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