Cosas que me aterran (I) – el Averno en el buzón y otros desajustes sensoriales

Hoy apartaremos temporalmente la pantalla de información ajena tras la cual uno se esconde miserablemente (también hay miserables que se esconden dentro de una pantalla, pero no viene al caso) y por una vez (y otra al menos en el futuro próximo) trataremos una cuestión estrictamente personal…algunas de las inconfesables cosas que me aterran. Quizá sacarlas a la luz sea una manera de exorcizarlas…en el peor de los casos, cabe la posibilidad de encontrar algo de alivio en el pavor compartido; solo cabe desear que las secuelas en los lectores no lleguen a ser irreversibles…

Comenzaremos por lo más duro: “esos” catálogos de publicidad que uno abre inocentemente sin sospechar que pueden contener una trampa mortal, un portal directo hacia un proceloso submundo  que podría llegar a arruinarte la vida durante unas horas o días…Un infierno al que nos toca descender una vez al año (o dos veces desde que nos meten el sindiós de Halloween con calzador) son los infames anuncios de disfraces que, como todo el mundo sabe, se agrupan en tres categorías:

- Disfraz para adulto humano macho: infiere a quien lo porta de un halo que despierta en el prójimo los más apremiantes instintos criminales; si la máscara del disfraz no oculta por completo la identidad del inconsciente modelo se puede garantizar su linchamiento y/o la exclusión social ad eternum. Se hace a menudo la analogía entre estos modelos y los liquidadores, dispuestos a sacrificar su vida para mayor gloria de la industria del disfraz.

- Disfraz para adulto humano hembra: suele ser descaradamente provocador, especialmente para las latitudes en las que la época de carnaval se va mejor tirando a tapado.

- Disfraz para cría humana: en algunos casos (los menos), puede que el futuro no quede hipotecado para siempre; aún hay margen para iniciar una nueva vida en alguna remota región del Mundo, libre de este tipo de publicidad. No mostraremos imágenes para proteger a los inocentes.

Algunos ejemplos (disculpen si las imágenes hieren su sensibilidad o hacen saltar su antivirus; las ofrecemos en baja resolución para moderar el impacto):

 -        

Dos machos humanos arruinando su vida según hace "click" el disparador de la cámara de fotos....¿merecía realmente la pena?



Aunque el disfraz parezca cutre, la realidad es bastante peor...los adornos están impresos en forma de algo a todas luces plástico, sobre una camiseta...la oportunidad perfecta para combinar el mal gusto con la asfixia celular



                                   
Hembra humana con el típico traje                   Otra hembra con cierto aire a Soraya 
Sioux lista para salir a echar                                Sáenz de Santamaría con un traje
unos tubos al carnaval de Teruel                     bombero de apariencia poco reglamentaria


Por si no han tenido suficiente, imagínense ahora la sesión de fotos…piensen en ese fotógrafo profesional con su cámara de varios miles de euros en su estudio fotográfico…llega el modelo de incipiente carrera y/o totalmente asfixiado por las deudas económicas y/o que ha perdido las ganas de vivir (de otra manera no se prestaría a una humillación semejante) acompañado de uno o varios auxiliares de la empresa que tiene previsto vender el material y que traen varias cajas repletas de disfraces…durante la sesión los auxiliares van escogiendo y preparando los disfraces más vendibles, así como los complementos para cada uno; probablemente una de estas personas se haga llamar “director artístico”, y que es el encargado de invitar al modelo a…


                                   
          Chuparse el dedo                                 Levantar el garrote de plástico
                                                                         en amenazadora pose
   
                             
     Sostener las maracas de ínfima                   No pensar en la vida que te espera
     calidad como si las tocara                          en cuanto este folleto vea la luz


El modelo creía haber superado el bochorno de estar vestido así delante de otros seres humanos, pero poco a poco su redescubierto orgullo se va minando, desprendiéndose, como se desprenden uno a uno todos los disfraces de esa sesión; mientras tanto, lo atormenta el calor de los focos, el picor producido por la pechera de plástico en la cual algún iluminado ha decidido imprimir una chaqueta de piloto (con corbata y todo), los inacabables complementos, los gestos con los que debe transmitir la esencia del disfraz…solo le queda el vago consuelo de saber que el fotógrafo también comienza a mostrar síntomas de agotamiento; él también mira de reojo la pila de disfraces pendientes que nunca se acaba, inagotable como la imaginación del director artístico, que sigue proponiendo nuevas poses originales y rompedoras, que inciten indefectiblemente al sufrido ciudadano que ha abierto incautamente el boletín publicitario a desplazarse a la tienda a comprar varias unidades…pero el modelo sabe que será su cara la que quede asociada para siempre a esos disfraces esperpénticos, en unas fotos que serán imprimidas muchos miles de veces y acabarán llegando a casa de todos los seres que él conoce, familiares, amigos y enemigos, y que desde ese momento su vida dejará de ser lo que era…y eso sin contar con la difusión por internet...


Aquí el director artístico no estuvo muy inspirado, abundando en el manido recurso "una patica levantá"


Tras años de reflexión introspectiva uno ha llegado a la conclusión de que la desagradabilísima sensación generada por el visionado de estas imágenes puede estar relacionado no exclusivamente (aunque sí en gran medida) con el disfraz en sí, sino quizá por el hecho de verlo fuera de contexto…acaso en una fiesta de disfraces uno podría encontrarse con un sujeto así y no agredirlo automáticamente, incluso se podría llegar a entablar una conversación casi mirándolo a los ojos. Es decir, que es quizá el contexto el que produce ese  desajuste sensorial que acaba helando la sangre… Probablemente podríamos decir que se trata de un caso trágico de sinestesia: la observación de determinadas imágenes hacen sentir  vívidamente en el espectador algo parecido a una explosión de las meninges.

Esta hipótesis del "fuera de contexto" es la que probablemente explique otros momentos aterradores que a la sazón venía a estos pagos a compartir y que por cuestiones de espacio ya no desarrollaré (aún):

- En segundo lugar de terrorismo se pueden ubicar las fotos realizadas con flash a gente que está bailando, y que quedan congeladas para siempre en un absurdo milisegundo…vean y tiemblen…



  


- Completa el podio del espanto ver a gente bailando…sin música! Por ejemplo:



No sé quién decía que todo lo que lleguemos a pensar en nuestra vida ya lo habrá pensado un griego de la Antigüedad...hoy podemos decir que todo lo que nos pase por la cabeza ya lo habrá pensado algún nota, habrá hecho un vídeo sobre ello y lo habrá puesto en youtube...


Como corolario, cabe aclarar que este artículo tuvo su inicio, al menos en cuanto al asunto de los disfraces, en un momento de terror compartido con el amigo multivac en una de esas enajenantes tardes ilerdenses…


El observador



El enlace: 

Este mes no hay sitio para la cita ni para el momento jocoso…este enlace es suficientemente venenoso como para acabar de aniquilar a todo ser humano de bien que aún mantenga un hilillo de vida después de lo visto y leído…ahí va un escabroso vídeo con el ejemplo paradigmático definitivo sobre cómo las situaciones fuera de lugar se pueden tornar lacerantes para el alma: los chistes corales del nunca demasiado pronto desaparecido programa “Humor se escribe con hache”…este espectáculo tiene el dudoso honor de ser hasta ahora el único producto televisivo catalogado por la ONU como “Programa de lesa humanidad”:


El bochorno comienza en el 00:58 y se prolonga hasta el infinito. Por si aún no se sienten del todo ultrajados, les recuerdo que esas cosas se hacían con su dinero, queridos conciudadanos.









Share this:

4 comentaris :

  1. Joder, he leído la entrada con la lagrimita... No en vano todos estos temas han dado para muchas conversaciones banales en las tardes de Lleida, entre capitulo y capitulo de Seinfeld y bocadillos de baguette de la señora Nuria.

    Has sido muy injusto con el director artístico de la foto de las humanas-hembra:si te fijas, la hembra-pirata tiene los brazos en jarra, en actitud desafiante que muestra su profunda convicción antisistema (los piratas fueron los primeros antisistema, mientras que ahora son los que lo quieren perpetuar, fíjate tú). Además, la hembra-india (algún día se reconocerá el disfraz de india como rey de los disfraces eróticos, muy por encima del tan sobrevalorado disfraz de enfermera) tiene la mano en la boca, sin duda como representación del acervo cultural de las tribus indígenas que cantaban a los dioses de la lluvia. Hay que ser muy bueno para transitar la linea que separa lo sutil de lo chabacano, el respeto de lo profundamente racista, y este monstruo pisa ambas lineas a la vez, y por el lado equivocado. Un 10 para él.

    Impresionante documento el de Humor se escribe con H, el apogeo de una época en la que - no olvidemos - Jesús Gil tenía un programa en prime-time donde salía en un jacuzzi rodeado de señoritas en bikini. Cada uno de esos vestidos cuesta tanto como un kilómetro de ave, pero oye, todo sea por hacer reír, que falta nos hacía (nos hace).

    Gran entrada, observador. Menos mal que cualquier tiempo pasado fue mejor

    ResponElimina
  2. grandes y fugaces años aquéllos...y un privilegio haberlos compartido contigo!

    Respecto a tu defensa del director artístico de los disfraces femeniles...la única justificación posible a un caso tan flagrante de falta de imaginación es que en realidad se hubieran realizado muchas otras fotos de cada disfraz en variadas poses, pero el montador del catálogo (ese oscuro sujeto) haya optado por seleccionar aquellas fotos cortadas por un mismo patrón, acaso siguiendo algún impulso fetichista inaceptable...y que el editor jefe del catálogo lo aceptara es incluso más alarmante.

    Por último, me temo que la problemática de Humor se escribe con H es bastante más sombría de lo que comentas...no me atrevía a abundar en el tema, pero allá vamos:
    1) Los años en que se emitió esta bazofia fueron nada menos que 2000-2002, así que programas como "Gil y tal y tal", "El gran juego de la oca" o "Vip guay" ya estaban (por fortuna) muertos y enterrados. Por ser más dramáticos, sepan ustedes que David Simon estaba haciendo The Wire mientras aquí nos atormentaban con esta cosa...

    2) El vídeo enlazado es nada menos que la presentación "comercial" de uno de los presentadores del programa, un tal Andrés (Pajares!) Burguera...señores de HBO, AMC, etc...no se resistan más y contrátenlo YA!

    Bonus: buscando los años en los que se perpetró este programa, he encontrado esta interesante página donde 111 valientes anónimos invirtieron su tiempo en "valorar" este esperpento...los comentarios son memorables: http://www.ciao.es/Opiniones/Humor_se_escribe_con_hache_TVE_1__123189/Start/15

    ResponElimina
  3. Pues peor me lo pones. Superar Gil y tal y tal para caer en esto... Para mí hay un nombre que siempre irá asociado al de este "programa?", y es el de Andoni Ferreño (http://www.imdb.com/name/nm0274742/?ref_=fn_al_nm_1), a quien no me extrañaría ver dentro de poco en un catálogo de disfraces... cerrando un inquietante círculo digno de Iker Jimenez.

    ResponElimina
  4. Andoni Ferreño...siniestro como pocos, ciertamente

    ResponElimina

 
Copyright © Revista CriTeri. Designed by OddThemes