* Cultivar lo humano exige, requiere respetar algunas demandas o exigencias de nuestro ser, cultivar algunas habilidades.
* El solo hecho de respetar la tradición, la familia y las costumbres no basta. A pesar de la enorme fuerza que se impone para no responder al “espíritu gremial”.
* Ante la inmensa fuerza de la información con sus potentes medios, se requiere una actitud bastante crítica para administrarla.
* En el pasado, cualquier actitud medianamente crítica frente a los dogmatismos que pretendían conducirnos, resultaba insolente, y era preciso intervenir…”El error no tenía derecho a existir”. Sin embargo, ahora ya va abriéndose paso el derecho a la experimentación que permite tener acceso a lo contingente, y, a su vez, interpretar la vida, la realidad como una “secuencia” cargada de sentido, con su particular argumento.
* Cada uno de nosotros –si es capaz- ha de cuestionar toda forma de dogmatismo o imposición de conocimientos fijos o creencias.
* Esto en cuanto a precauciones a tomar. Pero, a su vez, se trata de marcarse unas tareas que nos permitan asegurar este proyecto humano ineludible.
Entre otras:
- interesarse y admitir lo que nuestra razón considera coherente y justificado. Tener la habilidad de poner a prueba lo que se lee o dice desde la solidez de un buen razonamiento, desde la mayor exactitud posible de los hechos.
- verse como seres humanos (no sólo tribu), con vínculos de reconocimiento y mutua preocupación por “los otros”. (En ningún acaso, son un enjambre…(cfr. Mr. Cameron). Desde luego más allá de identificación regional, étnica o religiosa.
- tomarse en serio nuestra condición que cuenta –parece- en nuestro cerebro con las llamadas células espejo: ser capaces de colocarnos en el lugar del otro…, atrevernos a ir más allá de las estrechas lealtades de grupo.
-sentirse ciudadano del mundo.
Guillermo Lanseros
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