Puede que la firma-coletilla
más habitual en los correos electrónicos (ese sistema que utilizó la gente para
comunicarse después de las cartas y antes del whatsapp) sea una alerta
dramática para pensárselo dos (o más) veces antes de imprimir el mensaje, con
el fin de salvar de la destrucción al Medio Ambiente. Quizá el bienintencionado
remitente haya añadido algún dibujo de un árbol, un río, un sol sonriente… Desde
aquí hacemos un llamamiento: si conoces a alguien que imprime sistemáticamente
los correos electrónicos que recibe, eso es probablemente lo menos dañino que
puede hacer ese sujeto a la Sociedad y seguro que habrá muchos otros motivos
para aislarlo inmediatamente sin necesidad de suplicarle que deje de imprimir
como un maníaco.
El robledal de Tronçais (Francia): otro de los sitios que no desaparecerá por mucho papel que gastes
Es cierto que en los
inicios de este sistema de comunicación la gente estaba preocupada por la
posible volatilidad de la información almacenada en una cuenta de correo
“virtual”, alojada a saber dónde (¿estará siempre accesible? ¿pasará el dominio
“@teleline.es” a ser de pago? ¿leen los Gobiernos los correos que envío y recibo?),
y con una bandeja de entrada con capacidad de 1 mb, ampliado posteriormente a 2
mb (uno se siente casi viejo cuando piensa lo que cundían 2 mb, que te daban
para ir al cine y aún te sobraba para las pipas)…ahí SÍ podía haber casos de
gente que quisiera imprimir correos electrónicos importantes “por si acaso”.
Pero una vez llegado del Siglo XXI creo que podemos dar la amenaza como
finalizada…incluso si llega la temida tormenta solar que podría freír todo
aparato electrónico, lo que menos nos preocupará será recuperar los correos
electrónicos antiguos... en esta
infalible web nos dan una idea más clara al respecto, por si tenéis alguna
duda.
Pero incluso si te da por
imprimir correos electrónicos de vez en cuando para sentirte un auténtico
supervillano, estate seguro de que no estás causando la deforestación de la
selva tropical, ya que el papel que estarás empleando provendrá casi
seguramente de celulosa española o europea (lo difícil es encontrar lo
contrario!), obtenida a partir de árboles plantados precisamente para producir pasta
de papel y que habrán crecido con la luz del sol y el agua de la lluvia. Sí, por
supuesto que hay un impacto ambiental asociado a este tipo de plantaciones, al
transporte de la madera, a la obtención de la pasta de celulosa, a la
fabricación en sí del papel, al empaquetado y transporte del papel elaborado…y
por supuesto a la producción de tinta y electricidad que empleas y al desgaste
de la impresora. Como con cualquier otro producto que consumas, intenta gastar
lo mínimo, reutiliza lo que puedas, y prioriza las opciones de menor impacto
ambiental en su fabricación, transporte y reciclaje. Pero si lo que quieres es reducir
la deforestación empieza a leer los ingredientes de la comida que compras y
evita todo lo que lleve aceite de palma.
Sí, amigos, aquí comienza
una nueva miniserie de un número de artículos aún por determinar sobre uno de
los Grandes Venenos de nuestros días: una de las grasas con propiedades menos
favorables para para el ser humano medio y que está ligada íntimamente con la
deforestación de áreas tropicales...una joya, vamos. Mientras desarrollamos el
tema durante los próximos meses e intentamos presentar las implicaciones de
este producto se os suplica que, como mínimo, comprobéis cuánta de la comida
que compráis lleva aceite de palma…y en la medida de lo posible no la compréis,
claro! Os sorprenderá (o no) ver lo que cuesta encontrar galletas libres...
El observador
El momento jocoso:
Podéis imprimir algún
correo de vez en cuando, pero sed razonables:
El enlace
Por si aún dudáis, en la
página 11 de este informe podéis ver cómo la superficie forestal española está
en clara expansión…
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