Spring Breakers. Alicia's en el país de las maravillas

Estrenada en el pasado Festival de Venecia, este estimulante trabajo de Harmony Korine, demuestra ser algo más que un pseudovideoclip. En él, encontramos una clara referencia a la descomposición del nuevo panorama audiovisual, sobre todo el televisivo, que ha logrado cimas inconmensurables en el terreno de los basureros más exigentes. Con un mínimo pero eficaz argumento, y utilizando la perversión de mostrar a las princesitas de la MTV, Disney Chanel y ABC Family (Selena Gómez, Ashley Benson, Vanessa Hudgens y Rachel Korine), se presentan unos turbadores personajes que hincan sus colmillos sobre ciertos sectores de la juventud norteamericana. Este cinéfilo gamberrete, adorador de la princesita del pop, la ínclita Britney Spears, ya nos había deleitado con una ópera prima como  Gummo (1997), pero desgraciadamente el resto de su corta filmografía es sólo basura como lo demuestra largamente Trash Humpers (2009).

Spring Breakers es un filme sibilino y perfectamente orquestado. Por un lado, una estética videoclipera tremendamente elaborada, acompañada de una omnipresente banda sonora, que como el propio Korine dice, licúa las imágenes, para lograr transmitir un mensaje cargado de mala baba sobre el origen de sus princesitas, los espectáculos tipo Jersey Shore (líder de audiencias en el MTV).
Este tipo de programas alimentan la raíz de los objetivos vitales de cierta juventud; emular a sus estrellas y para ello nada mejor que salir en este tipo de programas. Es decir, quieren dar el salto al otro lado del espejo para ver si son capaces de entrelazar alguna relación sináptica entre alguna de sus aturdidas neuronas. De este modo se presentan nuestras 4 protagonistas, hartas de la escuela y la rutina, se enfundan sus bikinis y deciden que sin fiestas no es posible superar su hastío (la escuela, sus padres, la iglesia...); deciden irse al paraíso, a Florida, y no les detiene nada, ni siquiera estar sin blanca. La recreación de como lo consiguen es uno de los momentos más logrados del filme.





La película mezcla de manera subversiva la delincuencia callejera, (desde la más higiénica hasta la más sórdida), cierta violencia verbal, sexo duro pero no explícito (Korine se guarda de no mostrar nada excesivo, pero sí que roza situaciones pornográficas) y todo tipo de consumo de estupefacientes. El “American Dream” es logrado por estas jovencitas (3 de ellas nada inocentes), sólo que para lograrlo pasaran la aduana y conocerán al "Salvador del lumpen", una especie de chulo puta impecablemente interpretado por James Franco. Una de ellas, Faith (Selena Gómez) curiosamente recula cuando todo se va transformando en algo que ella intuye demasiado sórdido; quizás para salvaguardar su imagen (la de la actriz, en un pacto con Korine), y mostrándonos excusas del tipo yo pecador ("Mama tu nunca me habrías dejado venir"). Es interesante este personaje (muy marcado con una voz en off narrativa) porque representa la profunda hipocresía en la que vive este entorno social.

Todo el filme tiene un tufillo gamberro pero a su vez es limpio, pulcro e higiénico; la escenografía, la coreografía (movimientos de los personajes ante la cámara) es tan cuidada que contrasta con la temática que muestra; hasta tal punto, que en ocasiones, no nos damos cuenta de la carga vitriólica del filme. Paradigma de ello son, no sólo de ese “loop” de imágenes en slow motion de las fiestas playeras, sino la increíble capacidad para que resulte medianamente creíble el que nuestras jovencitas estén siempre en bikini, incluso en presencia del juez.


 


El momento estelar del filme define muy bien todo lo que estamos intentando decir. Suena Everytime de Britney Spears, Alíen toca el piano en medio de la playa, al atardecer, y sus chicas revolotean en bikini y pasamontañas de colorines blandiendo fusiles y metralletas al estilo Fred Astaire. La escena es mostrada en “slow motion” mezclando música extradiegética con diegética; imagen perdurable y pregnante donde las haya. Este tipo de momentos son un claro exponente del culto al voyeurismo; de hecho, la proliferación de imágenes en ralentí, o la reconstrucción del primer atraco con pistolas de juguete, evidencia una seducción por la exhibición y por la doble representatividad como ya hemos mencionado con el “loop” playero.

Para muchos, Spring Breakers es un filme revolucionario, que logra ir más allá de los códigos de representatividad de los videos musicales. Un salto al vacío en la filmografía de Harmony Korine, que le acerca mucho a otros grandes de la filmografía norteamericana actual. De hecho su valor significante habría que enmarcarlo en una contundente critica a la decadencia moral sobre la que gravita la sociedad norteamericana actual; una sacudida al reverso tenebroso de una sociedad que no sabe cómo salir del abismo del culto a las armas y a la descerebrizacion de parte de su juventud, tal y como continuamente profetizan y analizan  realizadores como Gus Van Sant, Paul Thomas Anderson, Steve Soderberg o Michael Moore.






FICHA TÉCNICA: Título original: Spring Breakers. Nacionalidad: USA - Francia, 2012. Director y guión: Harmony Korine. Producción: Muse Productions, División Films, Radar Pictures. Fotografía: Benoit Debie. Música: Clift Martínez, Skrillex. Montaje: Douglas Crise. Intérpretes: James Franco, Selena Gómez, Vanessa Hudgengs, Ashley Benson, Rachel Korine, Heather Morris, Ashley Lendzion, Cataluña Taylor, Emma Holzer, Josh Randall. Duración: 92'. Distribución: Vértigo Films.

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