Cómo producir un cortometraje sin saber producir cortometrajes (3) – El rodaje

Fase 4. El rodaje

El momento culminante de la producción cinematográfica, por simple que sea es, claro está, el rodaje. Ahí es donde se sabe si todos los preparativos han sido suficientes y donde el equipo se enfrenta sin red a Murphy y sus habituales caprichos.

Nos quedamos el mes anterior con las dificultades para coordinar las cambiantes y animadas agendas de las más de 10 personas imprescindibles (miembros del equipo técnico, actores y habitantes de la casa en la que haríamos los interiores), encontrando milagrosamente un domingo apto para todos los involucrados, en el que debíamos grabar todas las escenas de interior, dejando los exteriores (con menos gente necesaria) para un fin de semana completo.

 Esto es lo que pasa cuando eres tan majo como para prestar tu salón como decorado...invasión completa


El domingo de rodaje de interiores fue emocionante, pero, personalmente, más sufrido que disfrutado. La discretamente célebre película “Vivir rodando” no exagera en absoluto cómo se vive un rodaje. A una agenda apretada desde el inicio por la cantidad de escenas a rodar y el poco tiempo disponible se añadieron importantes retrasos causados por las habituales bromas de los GPS y los caminos sin asfaltar. En otras palabras, hubo que rodar en 6 horas lo que inicialmente estaba previsto, con calzador, en 8...la experiencia fue parecida a esos exámenes maratonianos de la universidad: un sprint sostenido, en el que tienes que conseguir que cada respuesta (escena) quede muy bien, pero sabiendo que con un rato más podría quedar mejor…pero en la que no puedes recrearte, ya que tienes que seguir contestando a preguntas. Además, en vez de ser un examen individual se realiza en equipo, así que dependes de otros…y en vez de realizarse con bolígrafo y papel, se emplean todo tipo de aparatos que pueden fallar y, de hecho, fallan: tarjetas de memoria, baterías que hay que ir cambiando, cables que dejan de funcionar, ruidos que aparecen en el micrófono, iluminación cambiante…así que fue un día de intensa transpiración, que pasé con una mano en el reloj y la otra en el plan de rodaje (una tabla en la que se establece qué escena se rodará a cada hora, y qué hay que tener preparado para realizarla), calculando si estábamos recortando tiempos a suficiente velocidad como para acabar a la hora prevista mientras intentaba echar una mano en lo que se pudiera..y cuando se dispone de un equipo pequeño, hay que echar muchas manos. En resumen, el día de rodaje es una montaña rusa en la que se alternan largos ratos de trasiego de gente y aparatos, pruebas de luz, de sonido y decenas de decisiones rápidas que hay que tomar, con lapsos de tensísima congelación del tiempo durante unos pocos minutos en los que se realmente está grabando y que a la postre serán lo único que quede del proceso.

La primera impresión que va quedando a medida que avanza el rodaje es altamente decepcionante, por cuatro motivos que pueden ser obvios pero que quitan mucho romanticismo al proceso:

- Uno no está viendo una película, sino un making of, que es uno de los documentos más anticlimácicos de un film. Como novato, uno tiene la sensación de que se está quedando todo muy falso y que no hay cámara que lo pueda salvar.

¿Qué es más real? Lo que ven nuestros ojos o lo que aparece en la pantallita de la cámara?

- En muchas escenas hay que hacer pequeñas trampas para cuadrar los ángulos y perspectivas. Aunque el espacio disponible cumplía perfectamente con el escenario que se quería representar (no hubo que forzar las cosas para que muchos sitios diferentes parecieran la misma casa), hay que colocar muchos elementos de cada escena en una disposición imposible para que queden bien encuadrados. Visto desde fuera, una sensación recurrente era “esto no cuela”…

- Gran parte del sonido no se graba en directo, sino que se añade durante el montaje. Por ejemplo, si una escena de ducha se graba en un cuarto de baño con mala acústica, el ruido del agua se añade a partir de un repositorio digital de sonidos y efectos que quién sabe quién ha registrado en un estudio en quién sabe dónde...

- Las escenas no se graban en el orden en el que las verá el espectador. Esto es muy molesto para los actores, que deben hacer un reinicio mental continuo sobre en qué momento está su personaje, pero también para el equipo que prepara los decorados, que debe rendir ciega idolatría prestar gran atención a la “continuidad” o raccord, es decir, que un objeto que estaba en un sitio en una escena o plano, no aparezca desplazado súbitamente en la siguiente. Algunos ejemplos de errores de continuidad aquí (los dos primeros).

Gracias a disponer de un equipazo humano, a la sangre fría del director, a los encantadores habitantes del espacio que nos dieron la prórroga necesaria para terminar, al aplazamiento del rodaje de las escenas menos críticas y que implicaran menos gente y a haber sufrido un nivel tolerable de contratiempos con los aparatos técnicos, conseguimos completar el rodaje de interiores el día previsto…

Los exteriores fueron algo más relajados en términos relativos (teníamos un fin de semana completo y necesitábamos menos gente) pero no absolutos: bastantes escenas estaban ambientadas al atardecer o por la noche, lo que daba lugar a una ventana de rodaje bastante estrecha. El hecho de emplear varias escenas con coches y con drones (no reparamos en riesgos) no facilitó las cosas. Nuevamente, la suerte fue piadosa con nuestra inconsciencia y conseguimos programar el rodaje en un fin de semana en el que habría algunos intervalos de nubes, ya que cuando el cielo está nublado es relativamente sencillo simular, mediante trucos de fotografía y edición, una hora del día diferente de la real. Las nubes fueron más escasas de lo previsto, y cuando se concentraron fue para generar una de las mayores tormentas que recuerdo…aun así, pudimos completar las escenas previstas y grabar los interiores pendientes...

Los drones, un elemento ya imprescindible en el cine

Rodar de noche es particularmente truculento, por la cantidad de reflejos que no deberían aparecer y que hay que tapar de las formas menos convencionales imaginables

La primera sensación que tienes al acabar cada día de rodaje, además de hambre, sueño y una tremenda sensación de descompresión, es un vacío causado por no poder ver el resultado de tantas horas de trabajo…que en ese momento están metidas en unas pocas tarjetas de memoria y un disco duro…

Sorprendentemente, el rodaje no es la última ni la penúltima fase…aún falta por llegar el Coco, Cthulhu, el Innombrable…en fin, el temido Montaje o Postproducción…otro día lo comentamos.


El observador


La cita:
“El guión es lo que usted ha soñado que debe ser. La película es lo que usted termina”. George Lucas


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