Paréntesis

Aquest mes seguim amb el cançoner il·lustrat Cansiones para una dama de la Teresa, us presentem un bolero de la veu de Javier Krahe. Amic dels concerts íntims, se sent còmode en actuacions minimalistes a locals petits, on el públic es troba a tocar amb la punta dels dits. És en un d'aquests locals, a la Mandrágora (Madrid), on coneix a Joaquín Sabina i Alberto Pérez. Els tres joves barbuts graven un disc en directe on l'esperit crític flueix lliurement, entre whiskies i maria.

En solitari, Krahe és un autor prolífic, produint nombrosos discos al llarg de la seva vida. L'estil senzill de la seva música contrasta amb la complexa el·laboració de les seves lletres crítiques i compromeses. La ironia és la reina de l'escenari, mentre les rimes enginyoses animen el compàs. Qui l'escolta es diverteix en les seves actuacions properes i divertides, que el converteixen en un cantautor de culte amb un públic reduït però fidel. 

Malauradament ja no podem gaudir del seu directe burlesc, la veu de Krahe s'apaga el 2015. Però, pel nostre consol, ens deixa un munt de gravacions que podem escoltar i re-escoltar quan ens vingui de gust.
  
Teresa Blasco i Raquel Ubach

Podeu veure més il·lustracions de la Teresa a http://teresa-blasco.es 







Más bien perplejo recorría las aceras,
Oh, cuan curiosa -me decía- es la mujer”,
cuando el paréntesis cordial de unas caderas
interrumpió mi melopea y el anochecer.

Sus ojos negros bajo el ala de un sombrero
me sorprendieron, yo sentí su bisturí.
¿Puedo besarte -dije- bella mosquetero?”
y ella no quiso decir no, pero tampoco si.
¿Cómo saber si su silencio era sincero?
Mi mano diestra hasta su cara se acercó.
¿Puedo quitarte por lo menos el sombrero?”
y ella no quiso decir sí, pero tampoco no.

Se lo quité, naturalmente, y suavemente
y con su pelo, su sonrisa vió la luz.
Una farola iluminó lo suficiente
y acarició mi corazón la pluma de avestruz.
Y nos besamos, vive Dios que nos besamos,
que conocí antes su lengua que su voz.
si quieres - dije- aquí mismo nos casamos”
Los barrenderos -respondió- nos echarán arroz”.
Llevo las llaves, casualmente, de El Retiro
que es un jardín con un palacio de cristal...”
Soy friolera, y Retiro, por retiro,
en mi buhardilla hay plantas y no se está nada mal”.

Y era verdad que era bonito invernadero,
entre sus plantas unas cuantas de fumar
y en la pared un gran retrato de Durero
que me miró un tanto celoso. Y la volví a besar.
Hacia las seis de la mañana me lo dijo:
aún no lo sabes pero soy una canción”
Si lo sabía, pero yo nunca corrijo
a una canción que está conmigo bajo un edredón.
Ahora te vas y por la calle me recuerdas,
deja la llave del portal en el buzón
o si prefieres te la quedas, no la pierdas
pero no vuelvas por aquí si no es con mi canción”.

Y regresé más bien perplejo a las aceras
¡Oh! cuan curiosa -me decia- es la mujer”,
tras el parentesis fugaz de sus caderas
y me abracé A mi melopea y al amanecer.

Javier Krahe 

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