Sue
llegó a las nueve de la noche a su apartamento, exhausta del día pero
sobretodo, de lo que le parecía haber descubierto, esto era lo que más la
asustaba y la desconcertaba, a la final no sabia con quien se estaba
relacionando.
Cogió
el teléfono y busco el contacto de Rob, apretó la tecla verde y esperó:
-
¿Sue?
-
Rob, tenemos que vernos.
-
¿Ahora? No puedo, estoy…con un amigo.
-
Pues tiene que ser ahora…tengo ganas de
verte. Ven a mi casa.
Sue
tenía que evitar chillar por teléfono o decir algo que le alejara de Rob,
necesitaba saber la verdad pero lo quería cara a cara. Sabía que si empezaba la
conversación alterada Rob se alejaría.
-
¿Tienes ganas de verme? ¿En serio? Pues en
diez minutos estoy allí.
Sue
colgó el teléfono, su corazón iba a mil por hora y su miedo mezclado con rabia
no la dejaba pensar con claridad. Se imaginaba abriendo la puerta a Rob y
dándole una bofetada, gritando que como había sido capaz de mentir tanto, pero tenía
claro que así no, por que en el fondo aún no tenía del todo claro que sus
sospechas fueran ciertas pero también, en el fondo…estaba enamorada de él.
Rob
llegó al cabo de doce minutos con el casco de moto en la mano, el timbre del
apartamento sonó y Sue empezó a temblar, tenia que disimular al abrir la
puerta.
-
Hola Rob.
-
Hola preciosa... ¿Así que tenias ganas de
verme?
-
Si…mira, hoy es un día raro.
Sue era una persona
que no podía disimular mucho su estado de ánimo por mucho que se lo propusiera,
sus palabras nunca casaban con su rostro, pero eso a Rob no le importó, de
hecho la miró con una ceja levantada y pensando en que mosca le habría picado
ese día.
-
¿Quieres tomar algo?
-
Sí, una cerveza.
Sue abrió otra para
ella y se sentaron en el sofá, Rob le contó que venia de encontrarse con un
amigo que hacia tiempo no veía, había sido vecinos hacia veinte años atrás.
Ella escuchaba su relato animado con cara de interés pero su pensamiento seguía
dando vueltas a la visita de Steve.
-
…¡y nos lo pasábamos súper bien juntos! …¿Sue,
me estás escuchando?
-
¿Eh? Ah…, claro, perdona. Estaba pensando
en un paciente que he tenido hoy. Su historia me ha…alterado. ¿Disculpa, que
decías?
-
Nada, nada, tranquila que casi había
acabado.
-
¿Quieres otra cerveza?
-
Por que no…
Sue abrió dos latas
más.
Tenía una necesidad
de beber fuera de lo normal para ella…pero ese día le daba igual, necesitaba
estar medio borracha para ser capaz de decirle algo a Rob.
Rob se le acercó,
estaban sentados en el sofá, la besó en el cuello, ella se estremeció a pesar
de que no quería, no quería que pasara nada por que necesitaba hablar,
preguntar, gritar e interrogar…pero no pudo, el beso del cuello se transformó
en un beso con lengua, largo, húmedo y sentido. Y de aquí hasta el final.
-
Rob, para, para…
-
¿Que te pasa?
-
Rob, necesito preguntarte algo.
-
¿Dime? - Rob la miraba con cara
sorprendido.
-
Te lo diré directamente por que sino no
podré. Quiero que me digas la verdad por que si no lo haces, ya puedes salir de
mi casa y no volver nunca más.
Rob
no decía nada, su cara denotaba sorpresa y un atisbo de temor…
-
Rob, ¿tu hermano se llama Steve?
-
Sí…
-
¿Y tu mujer le fue infiel contigo?
-
Sue, no entiendo que quieres con…
-
Cállate…y contéstame por que creo que me
has estado mintiendo desde el minuto uno.
-
…sí….
-
Me mentiste Rob, me dijiste que tus padres
había muerto en un accidente y no es verdad, disfrazaste tu vida aún no sé con
que finalidad, tu venias pidiendo ayuda…
-
¡No! Mi hermano me obligó a venir. No necesito
ayuda, ¡lo que necesito es que me dejéis todos tranquilos!
Rob
se levantó del sofá, se puso la chaqueta y cogió el casco de la moto de una
vuelta, se dirigió a la puerta de salida del apartamento…Sue no quería dar la
conversación por terminada y cogió una chaqueta también.
Rob
salió dejando la puerta abierta, Sue detrás de él, bajando las escaleras
apresuradamente, Sue continuaba azotando al chico:
-
Rob dime por que mentiste, no tenias por
que mentirme, no lo necesitabas…
Rob
bajaba deprisa la escalera sin contestar, sin mirar atrás, como encaminado a un
objetivo fijo.
-
Rob, espérame, no entiendo nada, me
utilizaste!
Rob
paró en seco. Se giró:
-
Sue, ¡nunca te he utilizado! Eres la única
persona que no he utilizado, te he mentido, sí, y qué? Esto no afecta a lo que
yo siento por ti.
-
¿Y qué sientes?
Rob
miró a Sue, se puso el casco de la moto y salió del portal. Sue salió detrás de
él, Rob subía a su moto y ella le cogió por los hombros.
-
Rob cuéntame todo, no te juzgaré por lo que
tu hayas hecho, sé de sobra que las personas no son como son de forma gratuita,
siempre hay un motivo.
-
Sue mis padres y hermano esperaban de mi
algo que yo nunca podía ser, por que era rebelde, no me gustaba estudiar, me
junté con malas compañías y me perdí, me perdí en mi vida. Y cuando busqué su
apoyo, necesitaba que me apoyaran para volver, encontré la puerta cerrada y un
hermano que había puesto a mi familia en mi contra.
-
Rob…
-
Sue, tu vida a lo mejor ha sido perfecta
pero no todas son así, me avergüenzo de lo que he hecho en algún momento, pero
no puedo cambiarlo.
-
Rob no espero que tu vida sea perfecta,
solo quiero saber la verdad para comprender tu comportamiento. Entras en mi
consulta y hechas a un paciente, te presentas borracho y drogado, desapareces
durante semanas y esperas que yo aún esté ahí disponible, para ti, cuando
quieras. Yo también sufro tus huidas.
Rob estaba
encendido de rabia, o de tristeza…en ese momento Sue no distinguía muy bien lo
que veía en sus ojos.
Rob ofreció un
casco de moto a Sue, ella se mostró dubitativa pero lo cogió, y se sentó detrás
de él, pegada a su cuerpo, en silencio y escuchando su respiración. Él encendió
el motor, dio gas y se alejaron.
Publica un comentari a l'entrada