LIES (Capítulo XV: Explicaciones)



Sue llegó a las nueve de la noche a su apartamento, exhausta del día pero sobretodo, de lo que le parecía haber descubierto, esto era lo que más la asustaba y la desconcertaba, a la final no sabia con quien se estaba relacionando.
Cogió el teléfono y busco el contacto de Rob, apretó la tecla verde y esperó:

-        ¿Sue?
-        Rob, tenemos que vernos.
-        ¿Ahora? No puedo, estoy…con un amigo.
-        Pues tiene que ser ahora…tengo ganas de verte. Ven a mi casa.
Sue tenía que evitar chillar por teléfono o decir algo que le alejara de Rob, necesitaba saber la verdad pero lo quería cara a cara. Sabía que si empezaba la conversación alterada Rob se alejaría.

-        ¿Tienes ganas de verme? ¿En serio? Pues en diez minutos estoy allí.

Sue colgó el teléfono, su corazón iba a mil por hora y su miedo mezclado con rabia no la dejaba pensar con claridad. Se imaginaba abriendo la puerta a Rob y dándole una bofetada, gritando que como había sido capaz de mentir tanto, pero tenía claro que así no, por que en el fondo aún no tenía del todo claro que sus sospechas fueran ciertas pero también, en el fondo…estaba enamorada de él.
Rob llegó al cabo de doce minutos con el casco de moto en la mano, el timbre del apartamento sonó y Sue empezó a temblar, tenia que disimular al abrir la puerta.
-        Hola Rob.
-        Hola preciosa... ¿Así que tenias ganas de verme?
-        Si…mira, hoy es un día raro.

Sue era una persona que no podía disimular mucho su estado de ánimo por mucho que se lo propusiera, sus palabras nunca casaban con su rostro, pero eso a Rob no le importó, de hecho la miró con una ceja levantada y pensando en que mosca le habría picado ese día.

-        ¿Quieres tomar algo?
-        Sí, una cerveza.

Sue abrió otra para ella y se sentaron en el sofá, Rob le contó que venia de encontrarse con un amigo que hacia tiempo no veía, había sido vecinos hacia veinte años atrás. Ella escuchaba su relato animado con cara de interés pero su pensamiento seguía dando vueltas a la visita de Steve. 

-        …¡y nos lo pasábamos súper bien juntos! …¿Sue, me estás escuchando?
-        ¿Eh? Ah…, claro, perdona. Estaba pensando en un paciente que he tenido hoy. Su historia me ha…alterado. ¿Disculpa, que decías?
-        Nada, nada, tranquila que casi había acabado.
-        ¿Quieres otra cerveza?
-        Por que no…

Sue abrió dos latas más.
Tenía una necesidad de beber fuera de lo normal para ella…pero ese día le daba igual, necesitaba estar medio borracha para ser capaz de decirle algo a Rob.
Rob se le acercó, estaban sentados en el sofá, la besó en el cuello, ella se estremeció a pesar de que no quería, no quería que pasara nada por que necesitaba hablar, preguntar, gritar e interrogar…pero no pudo, el beso del cuello se transformó en un beso con lengua, largo, húmedo y sentido. Y de aquí hasta el final.

-        Rob, para, para…
-        ¿Que te pasa?
-        Rob, necesito preguntarte algo.
-        ¿Dime? - Rob la miraba con cara sorprendido.
-        Te lo diré directamente por que sino no podré. Quiero que me digas la verdad por que si no lo haces, ya puedes salir de mi casa y no volver nunca más.
Rob no decía nada, su cara denotaba sorpresa y un atisbo de temor…
-        Rob, ¿tu hermano se llama Steve?
-        Sí…
-        ¿Y tu mujer le fue infiel contigo?
-        Sue, no entiendo que quieres con…
-        Cállate…y contéstame por que creo que me has estado mintiendo desde el minuto uno.
-        …sí….
-        Me mentiste Rob, me dijiste que tus padres había muerto en un accidente y no es verdad, disfrazaste tu vida aún no sé con que finalidad, tu venias pidiendo ayuda…
-        ¡No! Mi hermano me obligó a venir. No necesito ayuda, ¡lo que necesito es que me dejéis todos tranquilos!
Rob se levantó del sofá, se puso la chaqueta y cogió el casco de la moto de una vuelta, se dirigió a la puerta de salida del apartamento…Sue no quería dar la conversación por terminada y cogió una chaqueta también.
Rob salió dejando la puerta abierta, Sue detrás de él, bajando las escaleras apresuradamente, Sue continuaba azotando al chico:
-        Rob dime por que mentiste, no tenias por que mentirme, no lo necesitabas…
Rob bajaba deprisa la escalera sin contestar, sin mirar atrás, como encaminado a un objetivo fijo.
-        Rob, espérame, no entiendo nada, me utilizaste!
Rob paró en seco. Se giró:
-        Sue, ¡nunca te he utilizado! Eres la única persona que no he utilizado, te he mentido, sí, y qué? Esto no afecta a lo que yo siento por ti.
-        ¿Y qué sientes?
Rob miró a Sue, se puso el casco de la moto y salió del portal. Sue salió detrás de él, Rob subía a su moto y ella le cogió por los hombros.
-        Rob cuéntame todo, no te juzgaré por lo que tu hayas hecho, sé de sobra que las personas no son como son de forma gratuita, siempre hay un motivo.
-        Sue mis padres y hermano esperaban de mi algo que yo nunca podía ser, por que era rebelde, no me gustaba estudiar, me junté con malas compañías y me perdí, me perdí en mi vida. Y cuando busqué su apoyo, necesitaba que me apoyaran para volver, encontré la puerta cerrada y un hermano que había puesto a mi familia en mi contra.
-        Rob…
-        Sue, tu vida a lo mejor ha sido perfecta pero no todas son así, me avergüenzo de lo que he hecho en algún momento, pero no puedo cambiarlo.
-        Rob no espero que tu vida sea perfecta, solo quiero saber la verdad para comprender tu comportamiento. Entras en mi consulta y hechas a un paciente, te presentas borracho y drogado, desapareces durante semanas y esperas que yo aún esté ahí disponible, para ti, cuando quieras. Yo también sufro tus huidas.

Rob estaba encendido de rabia, o de tristeza…en ese momento Sue no distinguía muy bien lo que veía en sus ojos.
Rob ofreció un casco de moto a Sue, ella se mostró dubitativa pero lo cogió, y se sentó detrás de él, pegada a su cuerpo, en silencio y escuchando su respiración. Él encendió el motor, dio gas y se alejaron.

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