El polvoroso manto de la luna

Fuente: NASA
Para los pulcros, para los tiquismiquis, para los que visten de blanco, para los alérgicos, para todos ellos, un consejo: ni se les ocurra subir a la luna. Dicen por ahí que una enorme nube de polvo la rodea. Hace un tiempo lo leí en una de esas revistas mientras esperaba en la peluquería. Creo que se llamaba Nature o algo así. Tan brillante y limpia que la veo siempre allá arriba… y resulta que a su alrededor se acumula lo mismo que en las estanterías del piso de mi tía abuela. Esta noche salgo a saludarla y ya sea de paso, a preguntarle como se las apaña para no estornudar con tanto manto polvoroso a su alrededor.

- ¡Buenas noches hermosa Luna! 
- Buenas noches querida. ¿Cómo va todo? 
-  Bien, como siempre, esperándote. ¡Hoy tengo una pregunta para ti!
- Preguntas, preguntas… Siempre con preguntas… ¿qué tendré que despertará tanta curiosidad?
- Oí por ahí que estás rodeada de una nube de polvo. ¿Es eso cierto?
- Cierto es.
- Anda, ¡y se queda tan redonda! Cuéntame como es eso, ¿de dónde sale tanto polvo?

A la luna no le parece cuestión de gran tamaño, pero visto mi interés… me cuenta. La causa de la nube son los cometas. Los cometas son cuerpos celestes que básicamente están formados por hielo, polvo y rocas y que orbitan alrededor del Sol. Vaya… como si fueran bolas de nieve polvorosas. Cuando pasan cerca de nuestro satélite desprenden millones de partículas y…

- ¡Luna! ¿Pero es que no hay nadie ahí arriba sin polvo? Anda que si subo yo con el plumero sacapolvo…
- Anda chica… que te quedas sin explicación..
- Perdón, sigue Luna, por favor.

…y esas partículas, impactan en mi superficie. Además de hacerme cosquillas, por cada partícula de polvo que me toca, salen expulsadas miles de motas de polvo más pequeñas, que quedan suspendidas por mi alrededor. Forman así la nube de la que oíste hablar.

- Vamos, que el polvo genera más polvo, ¿es así, Luna?
- Exacto. Y dime, ¿qué os importa todo esto?
- Bueno, ya sabes… eres tan especial, que todo de ti nos importa mucho… Eso, y que según el profesor de física Mihaly Horanyi, autor del artículo, si queremos seguir subiendo a visitarte para conocerte mejor, saber dónde está el polvo y hacia dónde se dirige en el sistema solar, podría ayudar a mitigar riesgos.
- ¿Qué riesgo puede tener el polvo?
- Bueno… daña las naves espaciales, a los astronautas… Aquí en casa, por ejemplo, llega incluso a provocar estornudos.

¡Aaaachís! Vaya, tanto hablar de polvo, parece que aspiré un poco y me pica la nariz. Miro arriba y la veo. Si no hubiera subido una sonda de la NASA ahí, seguiría sin creerme lo del polvo. Parece tan limpia. Como mucho, de terciopelo. Me acomodo en la noche, y cierro los ojos para mecerme en mis sueños. Imagino cometas danzando entre remolinos de polvo, haciendo reverencias a la Luna. Imagino la Luna, intentando esconderse detrás de su manto polvoroso, pero incapaz de ocultar toda su belleza a quien la observa desde la Tierra.

Buenas noches! 


@carla_bellera


Más info:

Share this:

Publica un comentari a l'entrada

 
Copyright © Revista CriTeri. Designed by OddThemes