Volver

Este mes volvemos a Suiza y volvemos a la rutina enológica. Se trata de un vino local. Ni blanco, ni rosado, sinceramente tiene tonos naranjas. Curioso. Adquirido en el super de la esquina, unos 10 francos, unos 8 euros.
En copa es anaranjado, muy claro. Poca capa, sin lágrima. En nariz apreciamos frutos rojos, aromas dulces. Algunos errores, pero tras coger otra copa vacía del armario, nos damos cuenta de que es la copa la que olía mal.

Buen cuerpo buena acidez, fluído. Toque fino de amargor pero muy suave. Pequeña burbujita al entrar, poco alcohol, fresco. Refrescante y suave. Fresas. Postgusto a lima. Alguna maderita también en el postgusto. Corteza de cereza. Delicado de cuerpo, casi sandía, fresquísimo. Al día siguiente, con la botella en la nevera y quitar el corcho, explota de carbónico; se intensifican los aromas de humo y amargor.

 
Opinión

Estamos en febrero, hace frío y este es un vino claramente de verano, pero está buenísimo, muy recomendable. Un vino suave y refrescante, un vino para el que no le guste el vino. Sencillo, pero correcto. Armonioso. Perfecto para un risotto. A pesar de ser suizo, las uvas fueron muy bien de sol. Recuerda a los vinhos brancos portugueses en algunos aromas.





Burbujita Freixenet
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