En Suiza, cuatro son los idiomas nacionales: el alemán, francés, italiano y romanche. No he encontrado ningún vino etiquetado en este último idioma, por lo que mientras sigo buscando (cualquier ayuda es bienvenida), probamos a organizar una cata versión Torre de Babel. De nuevo, cata a ciegas. Acuden indios, americanos y gritones españoles.
Staatsschreiber 2010
Monovarietal de pinot noir, llamado localmente blauburgunder. AOC Zürich. Botella regalada por un amigo, precio de mercado unos 14 francos, casi 12 euros. Presenta poca capa, color cereza, lágrima presente. Un poco cerrado en nariz. En boca, lo primero que sentimos son sus delicados taninos. Cuerpo de carácter mineral. Aromas a regaliz, tomillo. Buen equilibrio entre dulce y ácido. Tomar a 14-16 grados mejor que más fresco.
Vieilles Vignes 2004
Otro monovarietal de pinot noir elaborado por la bodega Caves des Cîmes, entusiasmados por el cultivo biodinámico, se localiza, al este del lago de Ginebra, cantón Vaud, a unos 500 m de altitud. Crianza en barrica de roble francés. También se trata de un regalo de un amigo, precio en bodega, 28 francos, unos 23 euros.
En copa tiene poca capa, color cereza picota, ribete anaranjado. En nariz es ciertamente peculiar: huele a whisky. A 10 cm de la copa despliega aromas ajerezados, frutos negros, ciruelas pasas, alcohol. En boca es equilibrado y fuertemente astringente. Combina cerezas y frutos negros. Postgusto largo, a bayas de enebro.
Genestrerio 2010
De la misma forma que el italiano es un idioma minoritario en Suiza, esta botella es el elemento atípico de la cata. Después de dos pinot noir, se trata de un monovarietal de merlot, variedad casi única de Ticino. Adquirido en Viadukt por 18 francos, unos 15 euros. Producido en Arzo, un pueblito suizo en el lado mediterráneo de los alpes.
Algo más de capa que los anteriores, pero sigue siendo bastante baja. Aromas de cereza. Defectos (olores a goma) que desaparecen al airearlo. ¿Tal vez decantar 15 minutos? En boca despliega aromas a pizarra y frutos rojos muy maduros. Presencia de alcohol y tonos dulces. Postgusto a ciruela y romero
Opinión
Particularmente el que más me ha gustado ha sido el tichinesco. Cierta complejidad y equilibrio, tonos mediterráneos que redondean el vino. El vino de Vaud es ciertamente de gran calidad, atípico. Aromas a barrica, whisky, humo... muy pronunciados. Tal vez un poco más de fruta y algo menos de astringencia haría que se acercara más a mis gustos personales. El vino de Zürich es ligero y fácil de beber, de los mejores de la localidad, pero tal vez no sea un vino muy complejo.
Burbujita Freixenet
adrianlopezgarciadelomana@gmail.com
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