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¡Necesito vuestra imaginación! Imaginaos en una isla del Pacífico. Es de noche y fantásticamente el cielo está repleto de estrellas y sin una nube. Son cerca de las 19:30, el sol ya se ha puesto desde hace una hora y estáis a punto de ir a caza de tortugas. Os metéis el traje de buzo, tomáis un barquito y os vais a amarrar a una boya a unos 100 metros de la orilla. Estáis completamente rodeados de la oscuridad. En la isla no hay ni una luz, el océano debajo de vosotros, está más negro que la noche.
Os bajáis al agua e inmediatamente estáis rodeados por 4-5 tortugas. En una mano apretáis una linterna de buceo para iluminar a medida que os aproximáis a ellas. Cuando os estáis justo a su alcance, dejáis la linterna para agarrarla. En este instante os dais cuenta de que en todo caso, a pesar de la oscuridad, podéis ver muy bien a la tortuga, porque su forma está perfectamente recreada por el plancton bioluminiscente que se "enciende" cada vez que la tortuga mueve su aletas y que rodea su cáscara. Entonces, os detenéis un momento para admirarla, apagáis la linterna y la observáis extasiados. Una tortuga hecha de estrellas nadando en el mar oscuro.
Miráis a vuestras manos y vuestras piernas, todas cubiertas con mil luces. Permanecéis durante cinco minutos sin hacer nada, y luego os recuperáis, os concentráis y agarráis su caparazón. Os arrastra como un cometa en el agua, pero poco a poco, lográis dominarla. Dirigís el caparazón hacia la superficie y emergéis. Bate sus aletas como loca y hala como un alma en pena, pero el barco está cerca. La subís arriba y volvéis a nadar.
He capturado a seis tortugas esta noche. Esta es la mejor manera de describir lo que he visto... pero lamentablemente, ¡ni siquiera me acerqué!
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